Más de la mitad de los valencianos consideran «excesiva» la cifra de 889.340 inmigrantes, que es la cantidad de extranjeros empadronados en municipios de la Comunitat Valenciana. Así se desprende del último informe sobre racismo y xenofobia que elabora el Observatorio del Racismo, entidad dependiente del Ministerio de Trabajo, que en sus conclusiones establece que las dificultades económicas han contribuido a trasladar una imagen negativa de la inmigración.

El documento, de 400 páginas, analiza a través de 2.800 encuestas la percepción de los españoles sobre la llegada de extranjeros, y recoge aspectos tan diversos como la influencia del fenómeno en los servicios públicos o la necesidad de revisar la normativa legal.

Aunque la inmensa mayoría de los datos son a nivel nacional, sí que se incluye un desglose por autonomías en relación a la percepción sobre el número de extranjeros, situando a la Comunitat como la segunda región donde más encuestados consideran que los flujos son «excesivos», con un 56% del total. Sólo Murcia supera este registro, alcanzando el 61%. En el otro extremo de la clasificación se sitúan las autonomías con una menor presión migratoria, como el País Vasco (donde la proporción de inmigrantes sobre la población total es del 5,4%) y Galicia (3,4%). Para hacerse una idea, el porcentaje en el caso valenciano asciende al 16,8%. De hecho, sólo Baleares supera a la Comunitat en este sentido.

La crisis, según el informe, ha acrecentado la demanda de políticas migratorias más restrictivas y ha ayudado a consolidar una imagen negativa relacionada con deterioro de las condiciones laborales. Otro de los pilares del problema a juicio de los encuestados es la capacidad de integración. Muchos consideran que es indispensable, incluso como premisa para entrar en el país, por delante de otros requisitos como la cualificación profesional o que hable castellano.

Además, el 52% de los encuestados consideran que los extranjeros reciben del Estado «más» o «mucho más» de lo que aportan. El 46% cree que se les dan más ayudas sanitarias que a los españoles mientras que un 50% considera que también reciben más apoyos en materia de educación.

El estudio valora además la influencia de la población inmigrante en estos dos servicios públicos. El 52% piensa que su presencia deteriora la atención sanitaria y el 49% dice que sucede lo mismo con la educación en los colegios con mucha presencia de alumnos foráneos.

También hay aspectos positivos: la inmensa mayoría se muestra a favor de que traigan a sus familias (80%), de que cobren el paro (87%), de que creen asociaciones para defender sus derechos (74%) y de que obtengan la nacionalidad española (69%). Además, el 62% de los encuestados acepta que voten en las elecciones municipales.

A nivel laboral, el 60% prefiere que se contrate antes a un español que a un trabajador procedente de un país extranjero.