"Ni Fátima es una mártir, ni la comunidad tan mala"

El País, 25-02-2010

El tema en Cunit nada tiene que ver con lo religioso ni con el hijab de la mediadora Fátima Ghailan, entre otras cosas porque nadie puede ni debe exigir el hijab a ninguna mujer. Es totalmente contrario al islam y al Corán. He indagado mucho y no he encontrado ninguna prueba que sostenga que el imán artificial (no es un imán, sino un sencillo albañil que por las tardes acude a la mezquita y toma las riendas del rezo porque sabe algo más del Corán que el resto) obligó a Fátima a llevar el pañuelo o que no la aceptaba por no llevarlo. Todos debemos defender la libertad de las personas, también la comunidad musulmana, y jamás debemos permitir que alguien quiera imponer algo a otro.

El conflicto en Cunit se produce porque son muchas las familias catalanas de origen magrebí que no aceptan el trabajo de Fátima como mediadora y consideran que desde que ella ocupa este cargo las cosas les van peor. Cerca de 80 mujeres recogieron firmas contra Fátima y solicitaron a los responsables de la mezquita que se sumaran. Así lo hicieron y se convirtieron de esta manera en radicales o salafistas.

Fátima debe hacer un gran trabajo para llevarse bien y poder mediar con la comunidad, y ésta debe dejar de pensar que las decisiones que toma el Ayuntamiento tienen que ver siempre con ella. Ni Fátima es una mártir ni la comunidad musulmana de Cunit es despreciable o es tan mala. Seguro que unos y otros han cometido errores que deben corregir.

La utilización política de este tema ha sido vergonzosa. En lugar de favorecer el entendimiento, como intentó la alcaldesa, se ha insistido en el enfrentamiento entre los musulmanes, diferenciando entre buenos y malos. No entro a valorar el proceso judicial, pero algunos ya han hecho un juicio paralelo, como el inoportuno – y lleno de prejuicios – artículo de Joan Puigcercós referido a los catalanes de origen marroquí, a quienes llama “comunidad marroquí”. No existen catalanes y marroquíes ante la ley, sino ciudadanos. Hace años que la relación entre las administraciones y los ciudadanos catalanes de origen marroquí se producen entre entidades no solamente religiosas, sino culturales o deportivas. Es algo por lo que la propia secretaría de Inmigración de la Generalitat, junto con muchas entidades, está trabajando día a día eficazmente. Àngel Colom (CiU) pidió la expulsión de los responsables de la mezquita, que disponen de nacionalidad española. Por tanto, no sé adónde los quiere expulsar. Es evidente que los considerará inmigrantes para siempre.

Trabajamos para que el extremismo y el fundamentalismo no se instalen en nuestro país, pero es importante no mezclar las cosas y obtener así resultados que hagan que los musulmanes y sus hijos tengan un sentimiento de pertenencia a este país y lo defiendan con todas sus fuerzas.

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