Defensa aprovecha la crisis económica para 'reespañolizar' los ejércitos

El Correo, CÉSAR CALVAR, 15-02-2010

El número de plazas convocadas para soldados extranjeros bajó el pasado año por primera vez desde 2003, cuando el Gobierno decidió abrirles las puertas de las Fuerzas Armadas debido a la escasez de vocaciones autóctonas. Los expertos ven en ese recorte la determinación del Ministerio de Defensa de aprovechar la adversa coyuntura económica para ‘reespañolizar’ los ejércitos, ya que no dejan de recibir aspirantes a soldado ahora que el paro afecta en España al 39% de los menores de 25 años.

Las últimas convocatorias de empleos militares lo confirman: en 2005, Defensa ofertó 35.565 plazas de Tierra, Mar y Aire, de las cuales 11.729 (el 32%) eran para extranjeros. En 2009 salieron 15.441 puestos, pero los inmigrantes sólo pudieron optar a 800 (el 5,1%). Además, únicamente podían entrar en las unidades de choque (las más peligrosas y operativas) del Ejército de Tierra.

El colectivo de extranjeros uniformados había ido creciendo de forma constante en España desde 2003, hasta alcanzar su nivel máximo el 1 de enero de 2009 con 6.205 soldados, cifra que representaba el 7,6% del total (el tope autorizado por ley es del 9%). Sin embargo, la crisis económica ha invertido esa tendencia de tal modo que el pasado 1 de febrero los extranjeros sumaban 5.802 efectivos, y su peso dentro de la tropa había caído más de un punto (el 6,56% del total).

Ese brusco bajón se ha producido a pesar de que los inmigrantes son uno de los colectivos más afectados por el paro. Los expertos advierten de que no se ha producido entre ellos un repentino desinterés por la milicia. Simplemente, la masiva llegada de desempleados nacionales a los centros de selección militar han impulsado al Ministerio de Defensa a reducir el hueco para los foráneos.

La demanda se triplica

El panorama se ha transformado en apenas dos años. El 1 de enero de 2008, nueve meses antes de que la quiebra de Lehman Brothers despertara a los españoles de sus sueños de prosperidad económica y pleno empleo, los ejércitos de Tierra y Aire, así como la Armada, contaban con 79.118 soldados y marineros. A principios de 2009, con el país ya en recesión, eran 81.607. A partir de entonces. el incremento ha sido aún más espectacular: el pasado 1 de febrero el personal de tropa ascendía a 86.112 efectivos, por encima del ‘objetivo de fuerza’; es decir, de los soldados precisos para garantizar la defensa nacional, un límite que había establecido el Congreso de los Diputados. Algunas fuentes aseguran que en la actualidad puede haber entre 1.500 y 1.800 aspirantes más en los centros de formación.

Pero eso no es todo. Los soldados disponibles sólo indican el grado de cobertura de puestos y explican en qué medida los cuarteles, buques y unidades están llenos o vacíos. Sin embargo, resulta más ilustrativo analizar la evolución de la demanda de jóvenes para ingresar en la milicia. En 2007, los veintidós centros de selección que existen en España concedieron 43.000 citas a chicos y chicas interesados en ingresar. En 2008, según las cuentas de estos departamentos, las solicitudes fueron 78.000; y en 2009, 127.000. En resumen, el flujo de aspirantes se había triplicado en apenas dos años

Para los expertos en cuestiones militares, el diagnóstico es meridiano: Defensa ha pasado de tener cinco plazas por aspirante en tiempos de bonanza económica a cinco aspirantes por plaza en época de recesión.

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