El asesinato de un joven árabe desata una revuelta de inmigrantes en Milán

El País, MIGUEL MORA, 15-02-2010

Vía Padova, un barrio multiétnico de la periferia de Milán situado en las cercanías de plaza Loreto, el lugar donde se expuso el cadáver de Benito Mussolini en abril de 1945, se convirtió en la noche del sábado en el escenario de una batalla urbana. El detonante fue el asesinato de un inmigrante egipcio de 19 años, acuchillado durante una reyerta, dijeron las autoridades, por un grupo de latinoamericanos aún no identificado. Los norteafricanos, que forman el colectivo más numeroso del barrio, respondieron volcando coches e incendiando mobiliario urbano durante varias horas. La policía detuvo a 39 magrebíes por la guerrilla, cuatro de los cuales quedaron bajo arresto.

Mientras las fuerzas del orden buscan a los autores del homicidio, la revuelta encendía otra vez la polémica política sobre la inmigración. Mientras la Liga Norte, que gobierna el país y el Ayuntamiento de Milán con el Pueblo de la Libertad (PDL), prometía “controles y expulsiones casa por casa, piso por piso” en los barrios de inmigrantes de la ciudad, Maurizio Gasparri, portavoz de los senadores del PDL, arremetió contra “los ingenuos de izquierda que lanzan elogios demagógicos a la integración”. El Gobierno, aseguró Gasparri, “continuará en su línea de firmeza, y no tolerará guerras étnicas”. “Quitaremos la residencia y expulsaremos de inmediato a los violentos (…) hacen falta medidas drásticas. Aplicaremos la tolerancia cero a quienes destruyan nuestras ciudades”.

Utilizando el tono usual en la mayoría de Gobierno, Gasparri afirmó que “la violencia racista no es compatible con las reglas italianas de la democracia, la legalidad y la tolerancia”, y alabó la devolución de inmigrantes en alta mar puesta en práctica en julio pasado tras la firma del pacto con Libia. Según ACNUR y otras organizaciones de derechos humanos, esa política es ilegal porque viola las normativas internacionales sobre el derecho de asilo.

Menos evasivo que otras veces, el líder del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, aseguró que los “gravísimos disturbios demuestran que la política de seguridad del Gobierno ha fracasado”, y acusó al Ejecutivo de Silvio Berlusconi de tratar la inmigración como mero asunto electoral: “Prefieren cultivar los problemas de los inmigrantes para obtener votos antes que afrontarlos con seriedad y resolverlos”.

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