* Más allá de Mandela - XAVIER ALDEKOA 20. º aniversario de la liberación del líder antiapartheid

Más allá de Mandela

El 42% de los sudafricanos nació después de la excarcelación del héroe nacional

La Vanguardia, , 11-02-2010

Como si hubiera ocurrido ayer. Philippe Ntombela, de 65 años, redondea el cambio con caramelos en su tienda de comestibles de Soweto mientras rebusca en la memoria. “¿Cómo no me voy a acordar?”, dice. Vecino de la humilde casa de Mandela en Vilakazi Street, Philippe recuerda perfectamente el día de la liberación de Madiba,cuyo vigésimo aniversario se celebra hoy. Y los días que siguieron. “Tras salir de prisión, vivió unos días aquí e hizo una fiesta con comida y bebida para los vecinos, fueron grandes momentos”, cuenta. Para Philippe aquel día está grabado a fuego en la conciencia de Sudáfrica.

Sí, pero con tonalidades. Calle arriba, un tropel de adolescentes en uniforme azul revolotean por las esquinas cargados de golosinas y ganas de reír. Los más atrevidos invitan a las chicas a protegerse del sol bajo su paraguas e inflan pecho ante las chanzas envidiosas de sus amigos. Absolutamente todos conocen a Mandela, pero ninguno había nacido aquel histórico 11 de febrero de 1990.

No son excepción. Veinticinco millones de sudafricanos, más de la mitad de la población, cuentan menos de 25 años y no tienen recuerdos directos de la liberación del líder antiapartheid. El 42% de la población ni siquiera había nacido cuando Mandela fue liberado. Una generación que jamás vio a su líder entre rejas ni sufrió en sus carnes el odio racista del apartheid. La generación del futuro de Sudáfrica.

En la Universidad de Johannesburgo, Kgotso y Longile, de 22 años, ilustran la generación post-Mandela. “Recuerdo aquel día con mucho ruido, la gente en la calle celebrando y eso, pero creo que es por las imágenes que he visto después en la tele; es algo que nosotros no vivimos”, explica Kgotso. Su compañera de estudios en Económicas tampoco muestra entusiasmo por las celebraciones. “Mandela es un héroe, pero, quizás porque no lo sufrimos, nos queda un poco lejos, como algo del pasado”, admite. Ninguna cree que los problemas de Sudáfrica se esfumaran ese día, pero si por ellas fuera, el optimismo sería norma. “Necesitamos más tiempo, pero es un país cool,¿no?”, sueltan entre carcajadas.

Dumisani, estudiante de magisterio de 21 años, pone los matices. Admite que siguen existiendo desigualdades y algunos problemas de convivencia, pero cree que su generación mejorará las cosas. “No debemos olvidar lo que pasó, pero las relaciones entre jóvenes xhosas, zulúes, afrikáners o indios ya no son un problema como antes”, apunta.

Nick Combrink ni siquiera había nacido cuando Mandela salió de prisión. Con 18 años y un futuro como psicólogo, fija sus primeros recuerdos difuminados en la victoria de Mandela en las elecciones de 1994. Él se alegra de los cambios. “La gente de mi edad ha convivido en clase o en el bar con gente de otras razas y costumbres, es lo normal – dice-.Mi mejor amiga, por ejemplo, es negra”.

Su optimismo se pelea con la realidad del bolsillo, resumida en una imagen: la mayoría de los estudiantes blancos sortea la parada del autobús, abarrotada de estudiantes negros, y se dirige al parking de la universidad, hacia sus propios coches. Las desigualdades son mayores fuera de la burbuja académica. Comparada con las cifras entre blancos, la tasa de paro es casi seis veces más alta entre los negros. Y mientras sólo uno de cada diez sudafricanos es blanco, estos representan el 70% de la población que gana más de 25.000 dólares anuales.

Nick asiente ante la crudeza de los números, pero sigue en sus trece. Se diría que su optimismo es generacional. “Queda mucho por hacer, pero entre los jóvenes el odio entre razas es historia y eso da esperanzas a este país”.

VEA CÓMO DIO ´LA VANGUARDIA´ LA LIBERACIÓN DE MANDELA EN www. lavanguardia. es/ hemeroteca
Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)