Con tan sólo 20 años tiene claro que quiere seguir los pasos de su abuelo y ha anunciado su candidatura a las próximas elecciones regionales francesas París

La línea dinástica está garantizada chez Le Pen. No sólo por la pujanza política de su hija, Marine, valquiria bretona con esqueleto de soprano wagnerina. También porque ha aparecido en escena la nieta aria y etérea del patriarca ultraderechista.

Se llama Marion Le Pen y tiene 20 años, aunque antes del patronímico materno hay que situar el apellido de su padre: Maréchal. Y como quiera que la traducción de maréchal es mariscal, a la delfina se le han puesto delante unas tentaciones megalómanas: Marion Mariscal Le Pen.

Nada que ver con las frustraciones y las discriminaciones que dice haber sufrido de adolescente en el colegio de pago. La encerraban en el baño a cuenta de la parentela y la convertían en la víctima propiciatoria de las excentricidades verbales del abuelo

No se ha retirado Jean – Marie Le Pen de la política a sus 81 años ni piensa hacerlo, pero la cuestión sucesoria se decanta claramente en términos familiares. De hecho, Marine, que es la tía de Marion en este juego de política y de palabras, se presenta a las elecciones regionales (14 y 21 de marzo) en la circunscripción de Nord – Pas de Calais.

Su sobrina lo hace en la Ile de France y con la expectativa de sentarse en el consejo regional. Es la número dos de la lista y se ha tomado en serio la campaña electoral. Especialmente ahora, que le han dejado sitio y tiempo los parciales invernales de la carrera de Derecho. Estudia segundo, exactamente como le ocurre al hijo de Sarkozy. Así es que la política francesa del siglo XXI se encomienda a la fiereza de los cachorros. Que además son rubios, y de buena familia, y con ganas de desmentir la mala fama de los respectivos patriarcados.

«Estoy determinada a rehabilitar el honor de mi partido y de mi apellido. Se dicen demasiadas mezquindades de mi abuelo como se habla del Frente Nacional sin verdadero conocimiento. Hay una caricaturización de nuestras ideas políticas», explica a propósito la candidata.

No tuvo fácil disuadir las objeciones y los consejos de tía, aunque a Marion le beneficia la imagen sensata que Marine airea en sus campañas ciudadanas. La prueba está en que la hija del líder máximo, vicepresidenta del Frente Nacional, ha rectificado a papá en los planteamientos revisionistas del Holocausto y en otros ejemplos de insolente verborrea.

Han salido ganando las expectativas electorales del Frente Nacional. Los sondeos conceden al partido de la familia Le Pen un 11% de los sufragios. Que es un porcentaje insuficiente para adjudicarse una región pero bastante significativo respecto al batacazo de los últimos comicios legislativos (4,29% en 2007) y europeos (6,34% en 2009)

«Queremos demostrar que nuestro partido está a la escucha de los ciudadanos. Nos preocupa la seguridad, la inmigración y la cultura francesa, pero no se nos puede acusar de xenófobos porque no los somos», jaleaba Marion Maréchal Le Pen en un reciente mitin.

Tiene un aspecto distinguido y bastante pijo. Admite que algunos de sus amigos son comunistas y parece la contrafigura cosmopolita de la campestre Marie Bové. Así se llama la hija del inagotable líder antiglobalizador, cuya implicación en la campaña electoral redunda en la consanguineidad o en la dimensión de castas de la política francesa.

LO DICHO Y HECHO

«Estoy determinada a rehabilitar el honor de mi apellido. Se dicen demasiadas mezquindades de mi abuelo»

1928: Jean – Marie Le Pen nace en La Trinité sur Mer. 1968: Viene al mundo Marine Le Pen, hija del fundador del Frente Nacional. 1990: Nace en París la sobrina de Marine, Marion Maréchal Le Pen. 2008: Inicia sus primeros pasos en la política francesa. 2010: Anuncia su candidatura a las elecciones regionales, como ‘número dos’ en la circunscripción de Yvelines (Île de France).