La inmigración frena su avance en el padrón de la provincia

Diario Sur, ALMUDENA NOGUÉS anogues@diariosur.es, 09-02-2010

La provincia continúa recibiendo inmigrantes, pero a un ritmo mucho más pausado. La llegada de foráneos (ciudadanos que han sostenido en los últimos años el crecimiento poblacional de numerosos municipios) cayó a la mitad en 2009, en buena parte por culpa de la crisis financiera que ha hecho que Málaga pierda atractivo como destino para vivir y labrarse un futuro profesional. Las cifras publicadas recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE) son elocuentes: a tenor de dichas tablas, la provincia despidió el pasado ejercicio con 267.824 extranjeros empadronados, un 6,9% más (17.392) que los contabilizados en 2008. A priori, sin comparar el avance, puede parecer un buen dato. Pero la impresión cambia cuando se revisan los resultados históricos del INE, que demuestran que el aumento es un 57% inferior al que se venía experimentando en los últimos años. En 2008, por ejemplo, Málaga sumó 30.477 inmigrantes, un 13,8% más que en 2007.

A la cabeza de Andalucía

Pese a esta ralentización en la acogida de foráneos, el INE señala que Málaga sigue siendo la provincia andaluza con más extranjeros en su padrón. De los 675.180 inscritos en la región, casi un 40% residen en un municipio malagueño. Y hay más: Málaga no sólo encabeza la tabla, sino que casi duplica a la segunda provincia con más inmigrantes (Almería), que apenas contabiliza 144.000.

El paro y las dificultades económicas han frenado la incorporación de este colectivo a las localidades malagueñas, pero aun así, siguen reforzando su peso en el conjunto de la población, cifrado en estos momentos en un 16,8%. En 2009 casi todos los municipios ganaron vecinos extranjeros, salvo ocho que mantuvieron la misma cifra que el año anterior y once que restaron foráneos, como ocurrió en Atajate, Benalauría, Benamocarra, Carratraca, Casarabonela, Colmenar, Cortes de la Frontera, Faraján, Moclinejo, Teba y Yunquera, todos ellos pequeños núcleos de menos de 5.000 habitantes.

En el otro lado de la balanza, más de una docena de ciudades destacan por tener a más de un tercio de sus habitantes inmigrantes. Es el caso de Alcaucín (42%), Casares (34%), Comares (35%), Cómpeta (42%), Frigiliana (33,5%), Fuengirola (35%), Manilva (45%), Mijas (40%), Sayalonga (34%), Sedella (36%), Torrox (37%). Pero sin duda, el ejemplo más llamativo es el de Benahavís, único municipio donde la población foránea (un 59% del total) supera a la autóctona.

Las condiciones climatológicas, unidas al potencial económico que ha tenido siempre la Costa del Sol, han propiciado que desde comienzos de siglo la llegada de foráneos haya sido una constante en todos los municipios. Unos, – principalmente, los jubilados europeos – vienen con las maletas cargadas de tiempo libre en busca de mejor calidad de vida. Otros, en su mayoría jóvenes sudamericanos, extracomunitarios, chinos o marroquíes, cruzan la frontera dispuestos a hacerse un hueco en el mercado laboral. Los británicos (67.582) siguen siendo el colectivo más numeroso, seguidos de marroquíes (26.784), alemanes (15.591), argentinos (13.697) y rumanos (12.407).

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