Los nuevos franceses recibirán una carta de derechos y deberes

El Periodico, 09-02-2010

Tres meses después de abrir la caja de Pandora de la identidad, el Gobierno francés intentó ayer cerrar el polémico debate –al menos hasta pasadas las elecciones regionales de marzo– con una serie de medidas destinadas más a reforzar los actuales dispositivos que a aplicar nuevos métodos para favorecer la adhesión a la República. La propuesta de acelerar el acceso a la nacionalidad en función de los méritos de integración –una especie de naturalización por puntos– ha quedado reducida a casos y circunstancias «excepcionales», pero se solemnizará el proceso con la firma de una «carta de derechos y deberes» ante las autoridades.
Con la celebración de un seminario gubernamental, el primer ministro, François Fillon, tomó ayer las riendas de un debate de alto voltaje. Criticado por la izquierda, que juzga innecesario y «electoralista» abordar la cuestión de la identidad, y también por algunos sectores conservadores, incómodos con una discusión que hace las delicias de la extrema derecha, al ministro de Inmigración, Eric Besson, se le reservó el papel de invitado de piedra.

DEBATE CONTAMINADO / Fillon evitó desautorizarle, pero a la hora de pasar a la acción eludió o descafeinó las propuestas defendidas estos días por Besson. El primer ministro primó la pacificación de la reflexión, que ha crispado los ánimos a causa de sucesivas polémicas, como las declaraciones de la ministra de la familia, Nadine Morano, aconsejando a los musulmanes que no hablen verlan (el argot de los guetos) ni lleven la gorra al revés si quieren encontrar trabajo. La irrupción de cuestiones paralelas como el voto suizo contra los minaretes o la prohibición del burka también ha contaminado el debate, convertido en una discusión sobre el islam.
Para intentar enderezar las cosas, Fillon se ciñó al objetivo de «reforzar la identidad y el orgullo nacional» dentro del marco de «un patriotismo abierto y no de un nacionalismo estrecho». Optó por no levantar ampollas y apostó por medidas como crear «un carnet de joven ciudadano» que explique los símbolos de la República y en el que los escolares marquen sus acciones cívicas. Un instrumento para reforzar la actual asignatura de educación cívica. También se creará un curso sobre los valores republicanos dentro del futuro servicio cívico, que será voluntario.

FORMAL PUESTA EN ESCENA / En la lista figuran iniciativas inconcretas, como transformar la jornada de la Defensa en «una cita ciudadana» sobre los derechos y deberes o «dar a todos los niños la ocasión de cantar La Marsellesa al menos una vez al año», sin precisar el momento ni el lugar. Otras, como la obligación de colgar la bandera francesa en las escuelas, ya se aplica en la práctica.
En el terreno de la integración de los inmigrantes,las ceremonias de naturalización se harán más solemnes, así como el actual contrato de acceso a la nacionalidad, en vigor desde el 2007, que se convertirá en una «carta de derechos y deberes» cuya firma tendrá una puesta en escena más formal.

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