Los niños tendrán carné de joven ciudadano y clases de educación cívica

Los niños tendrán carné de joven ciudadano y clases de educación cívica

El Gobierno francés aparca el polémico debate sobre la identidad nacional hasta después de las elecciones regionales de marzo. Lo anunció ayer el primer ministro, François Fillon, junto a una serie de medidas con las que se da por zanjada una discusión de tres meses que ha provocado críticas incluso en el seno del Ejecutivo.

Para «cultivar el orgullo de ser francés», la bandera tricolor ondeará en todos los colegios en la fiesta nacional del 14 de julio. Los centros incorporarán a sus aulas una copia de la Declaración de los Derechos del Hombre de la Revolución. A partir del 2011, los niños estudiarán educación cívica y el curso que viene recibirán «un carné de joven ciudadano». El Parlamento estudiará la implantación de un servicio cívico voluntario.

Para «contribuir a la integración», los padres de los alumnos extranjeros recibirán clases de francés en los centros, y la nacionalización se celebrará con un acto solemne al estilo estadounidense, en la que tendrán que firmar ante una autoridad pública un contrato en el que constan sus deberes y derechos como ciudadanos. Una comisión de parlamentarios e intelectuales controlará el proceso de aplicación de estas medidas.

Lo que iba a ser un gran coloquio final en presencia de Nicolas Sarkozy se quedó en un seminario ministerial al que faltaron ocho miembros del Gabinete. Todos tenían excusa, pero tanto el alto comisario de la solidaridad, Martin Hirsch, como la secretaria de Estado de Política Urbana, Fadela Amara, han sido especialmente críticos con la forma en la que se ha preguntado a los ciudadanos qué significa para ellos el hecho de ser francés y con el sesgo antimusulmán que centró la polémica, que desembocó en la de la prohibición del velo integral islámico.

«Ciertos patinazos»

El debate ha sido ejemplar, sin embargo, para el primer ministro, que lo haría de la misma forma si tuviera que repetirlo. Fillon reconoció «ciertos patinazos», pero se esforzó en alabar la organización del ministro de Inmigración, Eric Besson, que ya en octubre reconoció ante los periodistas su objetivo de robarle votos al Frente Nacional.

Muchas de las 340 reuniones locales celebradas desde el psado mes de octubre terminaron en alegatos racistas.

La web abierta por Besson ha recibido 750.000 visitas pero solo 58.000 contribuciones han pasado el filtro de la tentación neonazi.