Los ultras sacan pecho contra Obama

El Periodico, 06-02-2010

Si alguien tenía dudas o proponía matizar el extremismo que domina el movimiento ultraconservador conocido como Tea Party en Estados Unidos, se le han puesto las cosas imposibles. Tom Tancredo, antiguo congresista de Colorado famoso por su férrea oposición a la reforma de las leyes de inmigración, dio el jueves el pistoletazo de salida en Nashville (Tennessee) a la primera convención nacional de este movimiento social que en un año ha sido capaz de demostrar su poder político tanto a los demócratas como a los republicanos, y lo hizo con un discurso racista, xenófobo y provocador.
«Gente que no puede ni deletrear la palabra votar o decirla en inglés puso a un ideólogo socialista en la Casa Blanca. Su nombre es Barack Hussein Obama», exclamó Tancredo en una filípica en la que advirtió sobre la amenaza del «multiculturalismo y la inmigración» e incluso dio gracias porque John McCain no hubiera ganado las elecciones. Subrayaba, con esa última referencia, la advertencia de este grupo dominado por la extrema derecha de no dar su apoyo a candidatos conservadores que define como «republicanos solo de nombre». Quiere líderes como Sarah Palin, conservadora tanto en lo fiscal como en lo social, que es la invitada estrella de la convención de Nashville, donde ofrecerá hoy el discurso de clausura.
No faltó ayer quien dentro del propio movimiento trató de distanciarse de la acritud de Tancredo, pero es un discurso como ese el que define a buena parte del Tea Party, un ente bastante abstracto que ha dejado su huella en el país en los últimos doce meses protagonizando manifestaciones donde han sido frecuentes las pancartas con Obama convertido en Hitler o con eslóganes propios del Ku Klux Klan. Bajo su paraguas se agrupan sobre todo conservadores fiscales y defensores de una aplicación al pie de la letra de la Constitución pero, también, muchos extremistas cristianos y, simplemente, extremistas.

PODER DE CONVOCATORIA / El movimiento, que exhibió su poder de convocatoria el año pasado sacando a la calle en más de 300 pueblos y ciudades a varios centenares de miles de personas el día en que se debían presentar los impuestos, confirmó su relevancia cuando el candidato en el que volcó su apoyo en Massachusets, Scott Brown, se hizo con el escaño de Edward Kennedy y acabó con la supermayoría demócrata en el Congreso. Y ayer planteó los parámetros que pide a los republicanos para darles su apoyo cara a las elecciones de este noviembre.
La primera convención nacional del Tea Party está marcada, sin embargo, por la división interna. Pese a incluir la palabra partido se trata de una amalgama de movimientos, grupos y grupúsculos sin jerarquía ni organigrama.

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