Italia estudia implantar un carné por puntos para los inmigrantes

El Mundo, IRENE HDEZ. VELASCO. CORRESPONSAL, 06-02-2010

Tendrán que demostrar que conocen las costumbres del país Roma


Tener un contrato de trabajo y un domicilio estable ya no será suficiente. A partir de ahora, los inmigrantes que quieran vivir legalmente en Italia deberán demostrar que dominan el italiano, que conocen las costumbres del país, que saben los principios fundamentales de la Constitución, que están al tanto del funcionamiento de sus instituciones públicas, que no ignoran sus obligaciones fiscales… Y si no superan esas pruebas, serán expulsados.


Así lo ha decidido el Gobierno de Silvio Berlusconi, en una iniciativa que la oposición de centro – izquierda no ha dudado en calificar de «xenófoba». El Ejecutivo de Il Cavaliere anunció ayer que pondrá en marcha un carné por puntos similar al que ya funciona para los automovilistas pero aplicado a los inmigrantes, y en base al cual se decidirá si pueden residir legalmente en Italia o si son expulsados.


En Italia se calcula que viven 4,8 millones de extranjeros legales, y unos 418.000 ilegales. Para conseguir los papeles de residencia, los inmigrantes deberán acumular 30 puntos en dos años.


Conocer la lengua del país, sus costumbres, los principales artículos de la Carta Magna y el funcionamiento de la Sanidad, las escuelas, los servicios sociales o el sistema tributario sumará puntos. Y al contrario: ignorar esas cuestiones estará penalizado y restará puntos. Como también lo hará no tener a los hijos menores escolarizados o haber sido condenado (aunque no sea con sentencia definitiva) a una pena superior a tres meses de cárcel.


Transcurridos dos años, se hará balance. «Si el número de créditos finales es igual o superior a 30», según indica el borrador del nuevo reglamento, el inmigrante obtendrá el permiso de residencia. Si no alcanza la cifra exigida pero ha demostrado «buena voluntad», tendrá otro año para conseguir los 30 puntos requeridos. Y si no los ha logrado y no ha hecho gala de una buena disposición, será expulsado.


Según explicaba ayer el ministro del Interior, Roberto Maroni, serán las oficinas de inmigración las que se ocuparán de evaluar si los inmigrantes muestran o no buena voluntad. «Nosotros sugerimos qué cosas debe hacer un inmigrante para integrarse en la comunidad. Si las hace, le damos el permiso de residencia. Y si no lo hace significa que no quiere integrarse», aseguraba, resumiendo el espíritu de esta iniciativa que en los próximos días será regulada a través de un decreto.


La iniciativa del Gobierno de poner en marcha un carné por puntos para los inmigrantes ha desencadenado fortísimas críticas por parte de la oposición. «Es demencial», sentenciaba Paolo Ferrero, de Refundación Comunista. «Con obstáculos como los previstos por el permiso de residencia por puntos, la mitad de los italianos que en el siglo XX emigraron en masa jamás habrían podido entrar en los países donde lo hicieron y donde en cambio se integraron pronto, empezando por Estados Unidos», señalaba.


«El permiso de residencia por puntos es una derrota que obstaculizará la integración y favorecerá la irregularidad», sostiene Livia Turco, del Partido Demócrata (PD), la principal formación de la oposición de centro – izquierda. En términos aún más duros se manifestaba Gianclaudio Bressa, también del PD, para quien supone «una escandalosa lotería social» que convierte a Italia en «el país más xenófobo de Europa».


«Seguramente no ayudará a la integración, sino que aumentará el estado de ansiedad del inmigrante, que se sentirá más aislado en la sociedad italiana», opinan en Amsi, la asociación de médicos de origen extranjero en Italia.

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