Hendaia. “No sé ya ni cuántos días llevo aquí. Lo único que quiero es volver a casa. No entiendo por qué estoy aquí”. Son las tristes palabras que emanan de la garganta de Fathi Bibuda, desde el Centro de Retención de Hendaia. Desde el pasado 21 de enero, este ciudadano de origen marroquí permanece detenido en el centro para extranjeros con el temor a ser deportado a Marruecos en cualquier momento.

Empadronado en Bilbao y casado con una bilbaina, Bibuda viajó desde Bilbao a París para visitar a unos familiares. A la vuelta, fue detenido por la Policía francesa en la estación de Hendaia. En un primer momento, las autoridades francesas solicitaron un pedido de readmisión a España, ya que tiene documentación española, pero fue rechazada por parte de funcionarios de la Comisaría de la Policía Nacional de Irun. Según parece, la solicitud de residencia en España le había sido denegada, pero su abogado había recurrido esta decisión. Al instante, la Policía francesa inició los trámites para su expulsión a Marruecos.

“Es una situación kafkiana. Lo van a expulsar a Marruecos por un problema burocrático y lo van a hacer en cualquier momento, cuando tengan un hueco en el barco”, afirma George, miembro de la Cimade, organización que ayuda y denuncia la situación de los inmigrantes en Francia.

Entretanto, el Juzgado Contencioso – Administrativo número de 2 de Donostia acordó el pasado martes suspender la deportación que la Policía francesa iba a llevar a cabo por un recurso interpuesto por su abogado. El auto del juez pide, con carácter cautelar, que el señor Bibuda no sea deportado y solicita su readmisión a Euskadi. El problema radica en que la justicia francesa tiene que pedir por segunda vez la readmisión y ésta ya fue denegada el pasado 28 de enero. Del mismo modo, la prefectura de Pau se niega a hacer una segunda petición. “Por ley no tienen la obligación de hacerla. El único camino que nos queda es la Corte Penal de Derechos Humanos”, afirma George. En este sentido, Bibuda explica que la clave está en esta segunda petición que las autoridades francesas se niegan a hacer. “Mi mujer ha traído todos mis papeles y documentos, pero se niegan a leerlos. No quieren saber nada”, se lamenta. George, miembro de la Cimade, cree que el problema radica fundamentalmente en las cuotas, ya que cada región de Francia tiene que detener y expulsar a un número concreto de personas en situación irregular al cabo del año. “Tan simple y crudo como eso”, afirma rotundo.

Jurisdicción francesa Por otra parte, la Subdelegación del Gobierno central en Gipuzkoa afirmó ayer que Fathi Bibuda se encuentra “bajo la jurisdicción de las autoridades francesas”, por lo que el cumplimiento por parte de la Policía española de la orden de readmisión, dictada por un juzgado de Donostia, “está fuera de sus posibilidades”. En un comunicado, la Subdelegación recordó que el pasado 21 de enero Fathi Bibuda fue detenido por la Policía francesa por encontrarse de forma irregular en Francia. A pesar de ello, desde la Subdelegación afirmaron que la Policía española tiene “voluntad” de cumplir el citado auto judicial, aunque precisaron que esta situación no es la idónea, puesto que el ciudadano marroquí permanece “bajo la jurisdicción de las autoridades francesas y de su legislación”. La delegación concretó que Fathi Bibuda fue detenido por la Policía francesa “por encontrarse de forma irregular” en el país galo, tras lo que solicitó que fuera admitido en España, en virtud del Acuerdo Hispano – Francés de Readmisión de Personas en Situación Irregular. Sin embargo, esta posibilidad fue rechazada por la Policía española “por no reunir los requisitos legales establecidos”, sin que llegara a producirse “contacto alguno” con Bibuda.