Suráfrica honra el discurso de De Klerk que puso fin al ‘apartheid’

El Periodico, 03-02-2010

«Deseo dejar claro que el Gobierno ha tomado la firme decisión de liberar al señor Mandela de forma incondicional». Ayer hacía 20 años exactos de que Frederik Willem De Klerk, presidente de la Suráfrica del apartheid, inauguraba el curso parlamentario con esta frase. Anunciaba, además, la legalización inmediata del Congreso Nacional Africano (CNA) y el resto de organizaciones prohibidas y el inicio de negociaciones directas con ellas.
El anuncio fue recibido con gritos de «traidor» por algunos diputados que representaban el sentir de buena parte de la población blanca de la época, que consideraba a Mandela nada más y nada menos como «el capitán de los terroristas».
La fecha fue recordada ayer por todo lo alto en Suráfrica, con declaraciones de alto nivel y actos oficiales. Y no es de extrañar, pues significó el principio del fin de uno de los regímenes más opresivos del siglo XX, en el que el racismo estaba institucionalizado, y el inicio del camino de Suráfrica hacia la democracia.
Tony Weaver, presente en aquel momento como corresponsal de la televisión pública canadiense, recuerda la sorpresa que causó esta declaración. «Suponíamos que iba a haber una declaración impactante, pero pensábamos que sería algo más vago. Realmente no imaginábamos que iba a ser de esta magnitud». Una sorpresa mayor, si cabe, por ser esta la primera intervención oficial de De Klerk como presidente tras la dimisión fulminante de su predecesor, Pieter Willem Botha, que sufrió una apoplejía.
Con una economía en declive por las crecientes sanciones internacionales, un país en permanente estado de emergencia y tras años de negociaciones secretas con el CNA, era obvio que tarde o temprano el régimen del apartheid debía tomar una decisión, pero fue necesario que Botha cediera paso a De Klerk para que se hiciera efectiva.

UN VALIENTE / «Ahora puede parecer natural, pero hay que remontarse a hace 20 años para entender el valor de estas palabras», apunta Weaver. Un reconocimiento que a De Klerk le ha llegado del propio secretario general del CNA, Gwede Mantashe, quien ayer, en una declaración oficial, afirmaba que «no tenía muchas opciones, pero esto no quita que fue un valiente».
De Klerk realizó ayer una conferencia recordando la importancia de la fecha. «El discurso de hace 20 años evitó una catástrofe», afirmó. «Los nueve días que pasaron entre mi discurso y la excarcelación de Nelson Mandela, el 11 de febrero, cambiaron Suráfrica para siempre», añadió. De Klerk compartió en 1993 el Premio Nobel de la Paz con Mandela, que un año después, en 1994, se convirtió en el primer presidente negro de Suráfrica.

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