LLENO Más de 400 personas acudieron a escuchar al profesor Devji en el CCCB, que habló del islam dentro del ciclo de conferencias debate ‘Pensar el futur’.

JOSEP-MARIA URETA

Es en el Raval, ¿dónde si no?, donde se pueden encontrar todas las manifestaciones de la llamada multiculturalidad, que es eufemismo de convivencia forzosa y asumida entre gentes de diversos países, razas y religiones. Pero eso no excluye que haya muchas manifestaciones de la vida cultural barcelonesa en la zona. Desde el Liceu a las actividades del Casal dels Infants, el MACBA o las actividades que promociona Emilio Álvarez. Por eso, no era de extrañar que ayer el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) en la calle Montealegre acogiera a un conferenciante idóneo para hablar –por experiencia y proximidad cultural– del islam, Faisal Devji, con el título El futuro del islam.
Su perfil es de los que genera interés. Nacido en Zanzíbar (Tanzania), de rasgos indios, estudió en Estados Unidos (Berkeley y Chicago), da clases en Oxford (Inglaterra) sobre el islam y también sobre la India moderna. Curriculo suficiente para que el periodista Tom Burns, excorresponsal de Financial Times en España, explicara en su día que Devji «viene a decir que la libertad de expresión no tiene sentido alguno para los cientos de millones de creyentes islamistas conectados por medios globalizados, que conforman el entorno musulmán desde Filipinas hasta el Níger».
El dilema de siempre: ¿tolerancia con los intolerantes? Y entre ellos, ¿se puede buscar a los más moderados para dialogar con la esperanza de que algún día sean mayoría?
Con ademán pulcro y pausado, Devji dictó su lección sobre lo que considera el gran esfuerzo que el mundo islámico -el científico, no el extremo, el islamista- ha hecho en los últimos siglos para mantener su presencia en la modernidad y evitar dejarla en manos del cristianismo. En resumen, explicó Devji: «Los musulmanes se plantean porqué les han robado las tesis de la recuperación». Tesis que consideran propias porque sus textos sagrados, y la interpretación que hacen sus grandes sabios, ya anticiparon, por ejemplo, los males actuales de occidente, como el cambio climático. Son pensadores apenas conocidos pero que aportan no pocas enseñanzas sobre los conceptos de raza, especie y humanidad. La lección de Devji es: hay que conocer al islam en sus textos más profundos. Él lo ha hecho y por eso tiene mérito su distancia crítica.
A Josep Ramoneda, director del CCCB, no le sorprendió la capacidad de convocatoria de Devji. Y cuando le hicieron notar -ya lo sabía- que todo el publico era de raza blanca, aportó experiencia sabia: «En la anterior, sobre el Futuro del trabajo, pronunciada por Sidi Barkat, había menos gente, pero la mitad eran paquistaní.»