Europa y el islam

Veto al velo en los servicios públicos

El Parlamento francés renuncia a prohibir el niqab y la burka en la calle

La Vanguardia, , 27-01-2010

LLUÍS URÍA – París. Corresponsal

DIVISIÓN Una parte de la UMP desafía a Sarkozy y propugna la prohibición total

RIESGO JURÍDICO La comisión cree que un veto total al velo integral podría ser inconstitucional
El velo integral, la burka y el niqab islámicos, podrá seguirse llevando en las calles de Francia sin problema. Pero no en los servicios públicos, donde serán vetados. Así lo propone la comisión parlamentaria que ha estudiado la cuestión y que ayer presentó sus conclusiones finales.

Los diputados han optado por el pragmatismo. El informe propugna una condena tajante del velo integral a través de una resolución parlamentaria, por considerarlo contrario a los valores de la República. Pero no se atreve a dar el paso de proponer su ilegalización total, ante el riesgo de que una medida de este tipo fuera tumbada por inconstitucional.

Como alternativa, defiende la prohibición del niqab y la burka – la “disimulación del rostro”, en general-en todos los servicios públicos: edificios oficiales y administrativos, hospitales, escuelas – incluida la entrada-y el transporte colectivo. El incumplimiento de tal prohibición, que la comisión sugiere la posibilidad de extender a espacios privados abiertos al público – como los comercios-,no comportaría ninguna sanción administrativa, ni siquiera una multa, únicamente la pérdida de la prestación del servicio público concernido. Para tomar el autobús, por ejemplo, las mujeres cubiertas con el velo integral deberán mostrar su rostro y mantenerlo descubierto durante todo el trayecto. En caso contrario, se quedarán en la acera.

Después de seis meses de trabajo y más de 200 personas entrevistadas, la comisión hace una veintena de proposiciones. Entre ellas, denegar la nacionalidad francesa y el permiso de residencia a la mujer que vista tales prendas, y a su cónyuge, por práctica radical de la religión incompatible con los valores republicanos, recogiendo así la jurisprudencia del Consejo de Estado.

El informe condena con dureza el uso del velo integral, una práctica minoritaria – se calcula que no más de dos mil mujeres, entre cinco o seis millones de musulmanes, lo visten en Francia-,pero que ha ido creciendo en los últimos años de la mano del islamismo radical salafista en las banlieues de las ciudades. Los diputados lo consideran un atentado contra la dignidad, la libertad y la igualdad de la mujer. Pese a ello, no dan el paso definitivo de prohibirlo en la calle. El ponente del informe, Eric Raoult (UMP), y el presidente y principal impulsor de la comisión, André Gerin (PCF), lo justifican alegando que tal medida podría ser deslegitimada por el Consejo Constitucional oel Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por atentar contra la libertad individual, lo que acabaría siendo catastrófico.

La adopción de la vía de en medio, en línea con lo que deseaba el presidente Nicolas Sarkozy, no ha estado exenta de tensiones. El informe de la comisión estuvo a punto incluso de no ver la luz, después de que ayer mismo por la mañana una parte de los representantes del partido gubernamental, la UMP, votara en la comisión en contra del informe para mostrar su descontento por la renuncia a una prohibición total. En el otro extremo, los diputados socialistas – contrarios a una ley general-se abstuvieron también en la votación, para denunciar a su vez la confusión de este debate con el de la identidad nacional.

Ahora le toca al Parlamento tomar una decisión. Y las espadas siguen en alto. El presidente del grupo parlamentario de la UMP, Jean-François Copé – que aspira a hacerse un nombre cara a las presidenciales del 2017 y ha encontrado en la burka su bandera-,insistió ayer en que su grupo presentará en el Parlamento una proposición de ley propugnando la prohibición total. La división en las filas de la derecha está servida: “Mi patrón es Sarko,no Copé”, le contestó airado Raoult.

No parece que Sarkozy, reacio a una ley general, vaya a aceptar el desafío de Copé. El presidente francés eligió cuidadosamente su agenda y, no porque sí, se desplazó ayer al sector musulmán del cementerio militar de Arras, profanado repetidamente estos últimos años, para rendir homenaje a los combatientes musulmanes de la Primera Guerra Mundial. Sarkozy quiso marcar un contrapunto: “El islam es hoy la religión de numerosos franceses”, dijo, y advirtió que no tolerará la “estigmatización de los ciudadanos franceses musulmanes”.

¿Debe permitirse el uso del velo islámico en las escuelas públicas? www. lavanguardia. es/ encuestas
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