Tras la polémica intención de Vic de impedir el empadronamiento a extranjeros, el Consell esgrime datos a favor.

La población extranjera residente en la Comunitat ha aumentado un 4,2 por ciento en el último año, 35.000 nuevos valencianos que suman ya 883.000 extranjeros, según el Avance del Padrón Municipal. Tal es la presencia de ciudadanos procedentes de otros países, que los inmigrantes representan ya el 17 por ciento de la población de esta autonomía. Y la tendencia es alcista, pues seis de cada diez nuevos empadronados son inmigrantes. Una cifra que surge «de la obligación de todos los municipios de empadronarlos, y del derecho de éstos a empadronarse», lo que hace innecesaria una modificación de la política de registro, según expresó recientemente el conseller de Solidaridad, Rafael Blasco, tras hacerse pública la polémica intención del Ayuntamiento de Vic (Barcelona) de impedir el empadronamiento a los inmigrantes «sin papeles».
Sin embargo, para Blasco existe una contradicción entre una Ley estatal de régimen local, «que, afortunadamente, obliga a empadronar a los inmigrantes», y una Ley de Extranjería que obliga a expulsarlos cuando se encuentran en una situación irregular. Una paradoja que achacó a la línea de «papeles para todos» del Gobierno central.
Y en el caso de la Comunitat, que ocupa, por  detrás de Cataluña y Madrid, el tercer lugar en el «ranking» de autonomías donde más ha crecido el número de extranjeros, Alicante, con 461.000, se lleva la palma. Le siguen, la provincia de Valencia, con 311.000, y cierra la de Castellón, con 111.000. No obstante, difiere una provincia de otra en la procedencia de los extranjeros. Mientras en la alicantina predominan los británicos y alemanes, en la castellonense convive la mayor colonia de ciudadanos rumanos de España.
Son todos ellos, es decir, los ciudadanos procedentes de países de la Unión Europea, los que suponen el 55 por ciento de los extranjeros residentes en la Comunitat.