Dieciséis meses ha durado la invisibilidad para decenas de inmigrantes sin papeles en en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz. El informe elaborado por la Abogacía del Estado contrario a restringir el empadronamiento provocó primero la rectificación del Ayuntamiento barcelonés de Vich y ahora ha seguido el mismo camino el municipio madrileño.

Aunque, al igual que el vicense, el alcalde torrejonero, Pedro Rollán, no comparte la instrucción, acatará «el dictamen del Gobierno de España» de registrar a todos los extranjeros al margen del número de personas que puedan estar hacinadas en una vivienda.

Inmigrantes sin parentesco

Precisamente, el consistorio del municipio madrileño restringió el empadronamiento a aquellos inmigrantes sin parentesco en la localidad y que no pudieran acreditar que su vivienda tuviera más de 20 metros cuadrados por persona. Una medida que venían aplicando desde octubre del 2008 con la intención de acabar con los pisos patera, viviendas pequeñas en las que se hacinan grupos amplios de extranjeros, y mejorar la convivencia de sus conciudadanos. Asimismo, prohibía darse de alta aquellos inmigrantes en cuyo visado figurara la palabra turista , ya que se suponía que «estaban de paso».

Pero la norma de limitar el padrón municipal no solo se aplicaba en estos dos supuestos. El «control» del ayuntamiento a los sin papeles , según denunciaron inmigrantes y asociaciones benéficas, iba desde los talleres de integración hasta los comedores sociales, donde era necesario estar registrado para poder acceder a los vales de comida, aunque después su aplicación no fuera tan estricta.

Pese a rectificar la medida vigente, el equipo de gobierno de Torrejón de Ardoz remitió una nota oficial en la que pidió al Ejecutivo que cambiase las leyes para regular el hacinamiento y aumente las ayudas económicas para integrar a los inmigrantes.

Varias asociaciones de inmigrantes se congratularon de la decisión del Ayuntamiento de Torrejón y aprovecharon para hacer un llamamiento a la cordura institucional para evitar que triunfe y crezca el discurso xenófobo.

«Alarma y miedo»

«Han levantado una polvareda de alarma y miedo en la sociedad, haciéndoles el juego a partidos racistas. Una demagogia vergonzosa en plena crisis», señaló el portavoz de Ruminahui, Raúl Jiménez.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aplaudió la decisión del consistorio y señaló que todos los técnicos coinciden en que cualquier limitación en el padrón, «si algún día se tuviera que hacer», sería no pasar de los diez metros cuadrados por persona, aunque esta decisión depende de reformar la Ley de Vivienda.