Resultó con quemaduras graves al causar un incendio en una empresa de ataúdes y luego dijo que le atacaron varios desconocidos tras quedarse dormido en la calle El colombiano Héctor Robinson, de 33 años se quemó gravemente el pasado 22 de noviembre. Su cuerpo carbonizado se halló cerca del hospital del Sureste de Arganda del Rey. Agonizando sólo pudo decir a los guardias de seguridad que estaba durmiendo en la calle cuando varios desconocidos le rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego. No recordó nada más y se desvaneció. Su novia denunció a los medios de comunicación de Colombia que había sufrido una agresión racista. Apuntó que fue un ataque xenófobo y habló de la honestidad de su pareja. Los periódicos colombianos se hicieron eco de la noticia con grandes titulares y la información también llegó rápidamente a España. El embajador de Colombia en España protestó y exigió a la Guardia Civil una investigación.

Después de dos meses de duras indagaciones, el Instituto Armado ha conseguido poner luz a este caso. La víctima, un albañil en paro, fingió la agresión y ha sido detenido junto a un conocido, propietario de una empresa de importación de ataúdes, según la Comandancia de la Guardia Civil.

El herido acudió a la empresa de Villaverde de su amigo para quemar la nave y cobrar los 230.000 euros de una prima de seguro recientemente contratada, según las indagaciones. Pero Robinson se prendió y pidió a su compinche que le trasladara a Arganda para así hacer creer que había sido agredido y evitar que fuesen descubiertos.

Robinson fue trasladado moribundo a Arganda. Debido a su estado fue conducido a La Pa donde le indujeron el coma por los espantosos dolores que padecía. Sufrió varias operaciones y estuvo conectado a un respirador con quemaduras graves en cabeza, piernas y brazos.

El equipo de Policía Judicial de Arganda del Rey que se hizo cargo de la investigación contactó con la Policía Nacional, policías locales y los bomberos de la Comunidad de Madrid para comprobar si ese día hubo algún incendio. Luego se averiguó que hubo uno en una nave industrial del distrito de Villaverde en Madrid que había sido provocado. El propietario de la nave siniestrada se encargaba de la importación, almacenaje y posterior venta de ataúdes provenientes de Colombia, aunque su actividad en esos momentos era prácticamente nula.

Los investigadores determinaron que el propietario de la nave y el hombre quemado habían mantenido numerosos contactos durante la semana anterior al suceso, y que el primero había contratado tres meses antes un seguro de 230.000 euros por la siniestralidad de la nave y de lo almacenado en su interior. Una vez reunidas todas las pruebas, el pasado día 20 los agentes detuvieron al herido y un día después arrestaron al propietario de la nave, J. R. R. C., colombiano de 45 años.