LAS POLÍTICAS DE EXTRANJERÍA

El PP recupera el discurso duro en inmigración y descoloca al PSOE

Zapatero advierte que no admitirá "trucos" que recorten los derechos

La Vanguardia, , 21-01-2010

CARMEN DEL RIEGO JUAN CARLOS MERINO – Madrid / Estrasburgo

EL GIRO DEL CENTRODERECHA El PP quiere más control en la frontera y recupera el contrato de integración

LA REACCIÓN SOCIALISTA El PSOE es consciente de que este debate ya le desgastó en el 2008
Es la misma pelea de siempre entre PSOE y PP a cuenta de la inmigración, pero con una diferencia. La crisis económica y lo ocurrido en el Ayuntamiento de Vic, que intenta limitar el empadronamiento de los inmigrantes en situación irregular, impide a los socialistas poner énfasis en lo que le gustaría, que hay que ser inflexibles con la entrada de extranjeros de forma irregular, y al PP le permite decir más alto y más claro lo que en los últimos años sólo podía decir en voz baja para que no le acusaran de xenófobo, que no se puede hacer una política de puertas abiertas o papeles para todos.

Por eso, mientras el presidente del Gobierno insiste en que no admitirá que se recorten los derechos de los inmigrantes, aunque se encuentren en situación ilegal, y advierte a Vic, para que le oigan los demás ayuntamientos, que no admitirá “trucos”, el PP desempolva las enmiendas que presentó a la reforma de la ley de Extranjería que aprobó el Congreso hace apenas un mes. Y las vuelve a vestir de nueva reforma, intentando, en público, no ser excesivamente claros sobre su postura respecto a lo ocurrido en Vic. Aunque el PP coincide con el Gobierno en que todos los ayuntamientos tienen la obligación de empadronar a los inmigrantes en situación ilegal, y no tiene intención de reformar las condiciones para ese padrón, desvía el tiro e insiste en su argumentos.

Por eso, el portavoz de inmigración del PP, Rafael Hernando, asegura que Vic “es la punta del iceberg del error que supone la política de papeles para todos, que ha convertido a España en principal punto de destino de la inmigración ilegal de toda Europa”, porque tienen más derechos, pero, sobre todo, “porque no se les expulsa”.

De ahí que la reforma que propugna el PP, aparte de recuperar el contrato de integración propuesto por Rajoy en las elecciones, y que en parte se introdujo en la actual legislación, bajo otro nombre, es un mayor control de las fronteras, de forma que la policía controle que se vayan de España las personas que llegan al país con visado de turista, cuando este se les acaba, y controles biométricos de quienes entran, para garantizar la identidad de los inmigrantes.

En el PSOE son muy conscientes de que la batalla de la inmigración ya les hizo un roto electoral cuando el PP decidió apostar por ella. Pero Zapatero, ayer en Estrasburgo, quiso no obstante ser contundente. “El país que presido no va a permitir que, por un truco de un ayuntamiento – dijo, en referencia al de Vic-,haya personas que se queden sin asistencia sanitaria o cuyos hijos no puedan acudir a la escuela. No lo vamos a permitir, no lo vamos a consentir. El Gobierno de España no va a permitir que se menoscaben los derechos de las personas”.

Previamente, ante la Eurocámara, todavía tuvo que luchar contra el sambenito del papeles para todos: “Es rotundamente falso que soy partidario expreso de la inmigración masiva, sí lo soy de respetar masivamente los derechos humanos de las personas, vengan de donde vengan”.

El presidente Zapatero defendió el pacto europeo de inmigración, sellado bajo presidencia de Sarkozy, que incluye el control de fronteras y la cooperación con los países de origen de los inmigrantes para evitar flujos masivos, pero que también apuesta por la integración y el respeto a los derechos de los inmigrantes. Y aseguró que Europa seguirá necesitando trabajadores al margen de la crisis.

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