NIGERIA Decenas de miles de nigerianos están huyendo de Jos por las matanzas con fusiles y machetes entre cristianos y musulmanes, que se repitieron ayer por cuarta jornada consecutiva en el centro del país. Se habla ya de 300 muertos y la situación humanitaria se ha degradado enormemente. El ejército ha impuesto un toque de queda de 24 horas en Jos y asegura que controla esta capital, donde se iniciaron los choques el pasado domingo. Pero algunos testigos han explicado por teléfono que, aunque el centro de la ciudad vive una cierta calma, la violencia se ha propagado a barrios periféricos y a otras localidades. Bandas armadas con fusiles y machetes abren nuevos frentes, orientadas por las arengas de religiosos extremistas. Algunos de los que lograron huir de Jos cuentan que, en ocasiones, grupos de hombres iban casa por casa para matar a sus habitantes y luego prender fuego a la vivienda. En la capital comenzaba a escasear agua, medicamentos y comida. La falta de agua es tal que la gente se atreve a salir de casa, pese al toque de queda, para precipitarse a los escasos pozos de agua existentes. Desde hace más de una década el norte musulmán se ha radicalizado, frente al sur cristiano y animista. / Afp