El centro de iniciación profesional de Erandio, una cantera para los jóvenes

La oferta formativa del centro depende de la demanda anual de los alumnos

Deia, 13-01-2010

ERANDIO. El centro de iniciación profesional de Erandio cuenta en la actualidad con 26 alumnos en el primer curso y otros 32 en el segundo. Son numerosas las alternativas que se ofertan en el centro, antiguamente conocido como CIP y que ahora adopta las siglas de PCPI, Programas de Cualificación Profesional Inicial. Cada año la oferta académica varía en función de la demanda, según fuentes del Behargintza de Erandio. Por ello, “es posible que un año surja la opción de cursar pastelería y al siguiente no”. “Nuestra oferta se basa en electricidad, repostería, albañilería y fontanería, principalmente. Los propios alumnos son los que hacen posible que un curso salga adelante o no”, explicó Ana Sedano, actual directora del centro, en sustitución de Laura Oyón, responsable del centro. En primero, se han creado dos grupos, uno de pastelería y otro de fontanería. En segundo, la oferta es mayor, con clases de albañilería, electricidad y fontanería.

“Uno de los requisitos para poder acceder a estos estudios es que los alumnos no tengan superada la Enseñanza Secundaria Obligatoria y que al iniciar el curso tengan entre 16 y 18 años de edad”. El centro ofrece la oportunidad de iniciarse en una profesión, con salida directa al mundo laboral. “A través de estos programas, también es posible que los estudiantes realicen una prueba para la obtención del graduado escolar. El curso pasado, nueve alumnos se presentaron y cinco de ellos obtuvieron el diploma”, indicaron desde el centro.

La mayor parte del alumnado del PCPI, está integrado por varones; sólo tres de los estudiantes son mujeres. “Este es, precisamente, uno de los retos que tiene el centro, poder acercarse a esas mujeres que podrían cursar uno de estos programas”. Al parecer, la oferta formativa corresponde a oficios tradicionalmente desarrollados por hombres y esa podría ser la causa.

Algunos de los futuros trabajadores dejaron los estudios a medias. “Nuestros alumnos se aplican en sus tareas, aprovechan el tiempo y los conocimientos que les ofrecemos. Son jóvenes con muchas ganas y eso se nota”.

En el primer curso, un 38,46% tiene estudios primarios o inferiores; y, en segundo, esa cifra desciende a un 24,24%. “De algunos de los estudiantes de origen extranjero no tenemos datos previos. En algunos casos además, no están alfabetados y tenemos que empezar de cero”. En primero, hay ocho alumnos que proceden de otros países. Tres, son bolivianos; dos, marroquíes; dos, colombianos, y uno es filipino. Por otra parte, en segundo, un 72,72% procede de otros países. 13, son marroquíes; cuatro, bolivianos; tres, colombianos; y el 16,66%, de distinta procedencia.

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