La formación aliada de Berlusconi aduce razones ideológicas y de seguridad Roma

Ser extranjero resulta particularmente duro en Italia. Y no sólo porque el Ejecutivo de Silvio Berlusconi decidiera el año pasado tipificar como delincuentes a todos los inmigrante sin papeles, sino porque por todo el país – especialmente en el norte – se multiplican las iniciativas de corte xenófobo.

La última llega, una vez más, de la mano de la Liga Norte, partido que forma parte de la coalición de Gobierno y que se distingue por su fuerte y declarado rechazo al islam. Esta formación ha pedido a la empresa de limpieza que se dedica a asear las oficinas del Consejo Provincial de Trento que no emplee a musulmanes en esa tarea.

El motivo: «Somos un partido con una posición muy clara frente al islam. Y no nos parece oportuno, ni seguro, que trabajadores de esa religión puedan moverse sin problemas por nuestras oficinas y tener acceso a nuestros ordenadores», explica Alessandro Savoi, responsable de la Liga Norte en la mencionada ciudad, en la carta que ha enviado al presidente del Consejo provincial.

La CGIL, el principal sindicato italiano, no duda en calificar la propuesta de «puro racismo».

«Es todo ridículo. Se trata de una nueva iniciativa contra los musulmanes», se lamenta el imán Aboulkheir Bregheche. «Es el enésimo ataque de la Liga que fomenta el odio racial», protesta el consejero provincial del Partido Demócrata Bruno Dorigatti. Hasta en el Pueblo de la Libertad (PDL), el partido que lidera Berlusconi, se escuchan críticas contra esta iniciativa: «El problema es que la empresa de limpieza haga correctamente su trabajo, y no la religión de sus empleados», destaca Walter Viola, jefe del PDL en Trento.

Sin embargo, la petición de la Liga Norte es sólo una más de las numerosas iniciativas puestas en marcha en Italia en los últimos meses contra los inmigrantes, la mayoría de las cuales llevan la firma de este partido derechista. Según los cálculos efectuados por la Asociación de Ayuntamientos Anci, en los 14 meses que median entre julio de 2008 y agosto pasado se aprobaron en todo el país un total de 788 ordenanzas municipales contra los inmigrantes irregulares.

En la localidad de Adro, en provincia de Brescia, decidieron por ejemplo conceder a los agentes municipales un bono de 500 euros por cada clandestino capturado. En Cantù, en provincia de Como, ha sido habilitado un número gratuito donde los ciudadanos pueden llamar y denunciar a los sin papeles. Los vecinos de Gerenzano han sido formalmente invitados por su Ayuntamiento a no alquilar sus casas a extranjeros, con el argumento de que «no respetan las tradiciones». Giuseppe Ferri, primer edil de Brignano Gera d’Adda, ha decidido excluir a los extranjeros de las ayudas contra el paro que ha aprobado su Ayuntamiento. «A los extranjeros que les ayuden sus propios países», sentenció.

Por no hablar de Blanca Navidad, nombre de la reciente campaña puesta en marcha por el Ayuntamiento de Coccaglio, un pequeño municipio del norte de Italia, con el fin de expulsar de la localidad antes del 25 de diciembre a todos los inmigrantes que no tuvieran los papeles en regla.