Cinismo

Diario Sur, JOSÉ MARÍA CALLEJA, 29-12-2009

Gerardo Díaz Ferrán, máximo dirigente de la patronal española (CEOE) y presidente de la agonizante compañía Air Comet, pasará a la historia de las frases inolvidables de nuestro país. Con miles de inmigrantes latinoamericanos tirados en el aeropuerto de Barajas, sin vuelos de su compañía para viajar a pasar las navidades con sus familias después de haber empleado sus ahorros en pagar el billete, Díaz Ferrán se hizo carne y dijo: «Probablemente yo mismo tampoco habría elegido Air Comet para volar». De una tacada, Díaz Ferrán se reía de los miles de angustiados ecuatorianos, peruanos, colombianos, argentinos.; les llamaba ingenuos por confiar en él; y reconocía implícitamente que era responsable de un presunto fraude, por cobrar dinero por unos billetes sin más valor que los del Monopoly.

Ningún empresario está a salvo, y menos en época de crisis, de que su empresa sufra problemas. Pero en el caso de Díaz Ferrán tenemos a una persona que lidera la organización de los empresarios españoles, que antes había pedido a los políticos que no metieran sus manos en las cosas del empleo, que les dejaran el camino expedito a ellos, que son los que, según él, realmente saben crearlo. Ante el desastre de Air Comet escenificado en Barajas, podía Díaz Ferrán haber pedido perdón por los trastornos causados a miles de humildes ciudadanos en fechas que añaden un plus de emotividad a cualquier conflicto; podía haber mostrado su disposición a tratar de arreglar el problema por él causado; o haber dicho que dimitía de la cúpula de la CEOE al comprobar la abismal distancia que se había puesto de manifiesto entre su ideario y sus resultados. No. Díaz Ferrán, en un derroche de cinismo, se ríe de los inmigrantes, poco menos que les transfiere la culpa del desaguisado y se niega a que los aviones de su compañía palien las dificultades creadas. Al final, los políticos del Gobierno, con el dinero de todos los españoles, han pagado la ronda provocada por la irresponsabilidad, por la frivolidad del todavía máximo dirigente de los empresarios. El esquema se repite hasta la saciedad: si la empresa, gestionada con métodos de tiburón, consigue beneficios holgados, el empresario es un fenómeno; si en uno de los múltiples regates suicidas la empresa hace ‘crac’, el denostado papá Estado acude en socorro del aprovechado de turno y pone el dinero de nuestros criticados impuestos al servicio de su fracaso.

Parte de los inmigrantes han podido volar a sus países. Pero en tierra se quedan los más de 650 trabajadores de la aerolínea, que no cobran sus sueldos desde hace seis meses, que viven en la penuria y que saben en sus carnes que Díaz Ferrán no puede dirigir por más tiempo la CEOE.

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