deportación

Tailandia desoye a la ONU y deporta a 4.000 miembros de la etnia hmong

La Voz de Galicia, P. Kittiwongsakul, 29-12-2009

Cinco mil soldados trasladan por la fuerza hacia Laos a los antiguos aliados de EE.?UU. en la guerra de Vietnam

Cinco mil soldados trasladan por la fuerza hacia Laos a los antiguos aliados de EE.?UU. en la guerra de Vietnam

El ejército tailandés comenzó a expulsar ayer hacia Laos a unos 4.000 hmong, etnia minoritaria de Asia suroriental, que vivían en campamentos, algunos desde hace más de treinta años.

Pese a las quejas de la ONU, que advirtió que los hmong serán objeto de represión una vez repatriados, los 5.000 militares que se habían desplegado alrededor del campo de Huay Nam Khao, en la provincia de Phetchabun (noreste), no tuvieron escrúpulos. Con la ayuda de un centenar de vehículos, para que la operación durase lo menos posible, trasladaron a los hmong a la localidad fronteriza de Nong Khai y de ahí a Laos, donde quedarán en la provincia central de Bolikhamsai.

Soldados y policías, respaldados por brigadas del Ministerio del Interior, fueron apostados para impedir que personas externas fuesen vistas por los refugiados y así prevenir una protesta o resistencia espontánea. «Si los hmong ven a periodistas, se harán daño a sí mismos para armar una escena y no queremos eso», explicó un jefe militar.

Una parte de los hmong se habían unido a EE.?UU. contra los comunistas durante la guerra de Vietnam, cuando el conflicto se extendió a los países vecinos. Muchos huyeron del régimen comunista de Vientián, en el poder desde 1975, y temen ser maltratados cuando regresen a Laos. Bangkok afirma, por su parte, que todos esos hmong son inmigrantes ilegales. La comunidad internacional estima que algunos, sin duda varios cientos, podrían pedir el estatuto de refugiado político.

El domingo, un alto responsable estadounidense indicó que su país estaba dispuesto a encontrar «una solución humana y responsable». Ayer, entre las decenas de llamadas a anular la deportación, Washington volvió a exhortar una vez más a «suspenderla». A su juicio, la expulsión es una «grave violación de los principios humanitarios internacionales».

Con la operación, Bangkok cumple un acuerdo firmado con Vientián que fija el 31 de diciembre como plazo límite para repatriar a todos los hmong. «No podemos seguir cargando este peso más tiempo y no tenemos ni prueba ni razón para pensar que el Gobierno laosiano no respetará la promesa» de garantizar la seguridad de los afectados, señaló un portavoz del Gobierno tailandés. Sin embargo, un diplomático occidental estimó que era «difícil imaginar que habrá un acceso internacional a la comunidad hmong cuando esta llegue a Laos, teniendo en cuenta experiencias anteriores de repatriación».

Laos niega sistemáticamente las acusaciones de persecución. Ayer el portavoz de la diplomacia laosiana afirmó que su país había previsto albergues temporales para acoger a los deportados, pero Human Right Watch teme que esas garantías sean solo palabras.

La UE se declaró consternada. «Consideramos que esta expulsión viola los derechos de los refugiados» y «deploramos que el Acnur no haya tenido la posibilidad de intervenir», denunció la presidencia sueca.

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