TRIBUNALES

Dos años y dos meses de cárcel para una mujer por maltratos reiterados a su pareja en Usurbil

La acusada, de nacionalidad brasileña, dio un puñetazo a su compañero al advertirle éste de que lucharía por la custodia de la hija

Diario Vasco, , 28-12-2009

Un juzgado ha condenado a dos años y dos meses de cárcel a una mujer que maltrató a su compañero durante el tiempo en que ambos convivieron en Usurbil, y al que dio un puñetazo en la cara y le golpeó con una escoba cuando él le dijo que iba a luchar por la custodia de la hija de ambos.
Según la sentencia del caso, a la que tuvo acceso la agencia Efe, la acusada, de nacionalidad brasileña, mantenía una relación «análoga a la conyugal» con su víctima, a quien sometió a diferentes formas de «violencia física y psíquica» por medio de «agresiones, insultos e intimidaciones» de manera «constante y habitual» mientras duró su relación. El escrito judicial cita un episodio concreto ocurrido el 14 de octubre de 2006, cuando la procesada empujó a su compañero, que se golpeó con una mesa de cristal y sufrió diferentes heridas en un muslo.
El 7 de noviembre, en el contexto de una discusión sobre el final de la relación, el hombre comunicó a la imputada su intención de «luchar por la custodia de su hija». La mujer, según la sentencia, «se puso agresiva, comenzó a insultar» a su víctima y «a lanzar platos al suelo», tras lo que le propinó un «fuerte puñetazo «en la cara, le arañó y le golpeó con una escoba». A consecuencia de esta agresión, el perjudicado sufrió «una contusión en la región maxilar izquierda, erosiones en el cuello y una contusión lumbar» de las que tardó cinco días en recuperarse.
«Lo pagarás caro»
Pocos días después, el 13 de noviembre, la inculpada acudió a la ikastola en la que estaba escolarizada la niña para recogerla, a pesar de que no le correspondía hacerlo, motivo por el que la profesora le recordó que ese día debía hacerse cargo de la pequeña su padre. Tras este incidente, la mujer se dirigió a su ex compañero y le amenazó diciéndole que lo iba a «pagar muy caro». Unas jornadas antes la acusada había llamado por teléfono al perjudicado y le había advertido: «ya verás lo que te va a pasar».
A raíz de esa situación, el hombre sufrió «una sintomatología depresiva y un importante estrés postraumático».

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