Se acabaron las protestas. El último grupo de afectados por el cierre de Air Comet, que a mediodía se había concentrado en la Terminal 1 de Barajas, se fue disolviendo a lo largo de la tarde al ver que no había solución a su problema. Sólo les queda dirigirse a sus respectivas embajadas y consulados para que les consigan un billete barato para poder volar.

Quedan cerca de 1.000 viajeros en tierra después de que el ministerio de Fomento se haya hecho cargo de cerca de 3.000. El departamento dirigido por José Blanco cerró el sábado el dispositivo de emergencia puesto en marcha para atender a los más apurados y anunció que no iba a fletar más aviones. Los que no pudieron acogerse a él tienen que encontrar su propia salida, aunque el ministro les aseguró que otras aerolíneas les ofrecerían, a través de sus embajadas, vuelos a precios más bajos.

Los afectados aseguran que las tarifas regulares de compañías como Iberia, Air Europa, Lan Chile, Avianca y Cubana de Aviación están fuera de su alcance. Sobre todo porque muchos de ellos, en general inmigrantes latinoamericanos, han destinado buena parte de sus ahorros a comprar los billetes de Air Comet ahora anulados. No confían demasiado en recibir una compensación económica de esta empresa, propiedad del presidente de la patronal española (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, ya que se encuentra en pleno proceso de suspensión de pagos.

Algunos de los afectados denunciaron que la Policía les desalojó a la fuerza en la noche del sábado y que también impidió concentrarse a los que volvieron a la terminal a lo largo de la jornada del domingo.