LA INSEGURIDAD EN LA CIUDAD / Los barrios 'pobres'

'Territorio comanche' para el taxi

El Mundo, CARLOS MEDRANO, 28-12-2009

Ciertos barrios de la capital no resultan recomendables por la noche para los profesionales del volante, pese a que la presencia policial parece haber aumentado en algunos puntos conflictivos No todas las calles de Madrid merecen figurar en las guías de turismo. La capital de España tiene también sus sombras y uno de los colectivos que mejor están al tanto de ellas son los taxistas. Estos profesionales de la conducción son expertos conocedores de la geografía madrileña y, desde hace muchos años, han optado por no entrar en determinadas áreas.


Como si de una zona de cuarentena biológica se tratase, el sector del taxi evita los poblados de la droga. El área de Valdemingómez encabeza la lista de los lugares más temidos. En la Cañada Real Galiana viven alrededor de 40.000 personas en todo tipo de construcciones ilegales. Allí habita una mezcla heterogénea de españoles – gitanos y payos – , marroquíes, búlgaros, rumanos, croatas, bosnios y serbios. Tan sólo los vecinos, las kundas de la droga, la Guardia Civil y los camiones de basura que se dirigen a la incineradora osan adentrarse en ciertas partes de este monumento a la marginalidad y el trapicheo.


Este resquemor viene cimentado por la creencia de que algunos de los moradores de Valdemingómez son individuos potencialmente conflictivos a los que es mejor evitar. Un pavor similar levantan los poblados chabolistas de Las Barranquillas y de Las Mimbreras. Ambos emplazamientos han sobrevivido a todos los intentos municipales de borrarlos de la faz de la Tierra.


La presencia de drogadictos y de camellos hace que, para muchos, sea una temeridad cualquier intento de explorar unos parajes que se han ganado una reputación nefasta con el paso de los años. Poco importa el dinero que el cliente esté dispuesto a ofrecer, para los propietarios de un taxi ambos asentamientos podrían encontrarse en otra galaxia. Por lo que a ellos respecta son territorio comanche. Es más, suelen afirmar que «se sabe cómo se entra pero no si se va a salir».


Sin llegar a estos extremos de peligrosidad, muchos taxistas creen que algunos de los barrios más humildes de la ciudad también son poco recomendables a ciertas horas, sobre todo aquellos lugares próximos a las zonas industriales. «El polígono Marconi es terrorífico de noche», asegura un taxista con 20 años de profesión a sus espaldas. «Una vez me intentaron atracar en esa zona. Fueron tres clientes a los que había llevado hasta allí. Salí bien librado gracias a la mampara de seguridad que tengo instalada», recordó el conductor.


Del mismo modo, la zona del Pozo del Tío Raimundo, Pan Bendito, la avenida de Entrevías, la plaza Elíptica y los barrios de Lavapiés y Usera tampoco entusiasman a los taxistas. «Cada vez que me toca ir allí pongo los seguros. De día son lugares bastante presentables, pero con la oscuridad la cosa cambia. No pasa ni un alma y nadie te puede ayudar si alguien decide desplumarte», agregó el mismo profesional que sufrió el intento de robo en el polígono Marconi.


No obstante, tanto el citado taxista como sus compañeros no dudaron en admitir que «en cualquier parte de Madrid te pueden atracar».


Incluso las zonas más frecuentadas no garantizan la ausencia de cacos. Este fue el caso de una mujer a la que robaron hace poco en la estación de autobuses de Mendez Álvaro. Un hombre le arrebató su bolso a plena luz del día por el procedimiento del tirón. «Es vergonzoso, la pobre se quedó tirada en mitad de la calle mientras el tipo se subía a un coche que le esperaba. El vehículo salió quemando rueda», manifestó un testigo de la escena.


Este tipo de hurtos parecen haberse convertido en algo habitual a tenor de las declaraciones de los trabajadores de la citada estación, situada en el sur de la ciudad. En opinión de muchos de ellos, la reciente crisis económica ha dejado en el paro a numerosas personas y la falta de recursos ha empujado a unos pocos a delinquir. «Está muy bien que el alcalde aumente el número de policías pero, a la larga, no siempre vas a tener a uno cerca», concluyó diciendo otro taxista madrileño.


Miedo también de día


Hay lugares en Madrid en los que los taxistas tienen miedo de ir no sólo de noche sino también a plena luz del día. Es el caso de los poblados chabolistas de Valdemingómez, Las Barranquillas y Las Mimbreras. En la foto, panorámica de este último asentamiento marginal.

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