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Más de 200.000 inmigrantes han regresado a su país este último año

La Voz de Galicia, Melchor Saiz-Pardo, 20-12-2009

La crisis económica ha provocado además una drástica reducción en la llegada de extranjeros sin papeles

La crisis ha logrado en apenas un año y medio lo que en un decenio no consiguieron los Gobiernos de Aznar y Zapatero: frenar la llegada irregular de inmigrantes. La recesión ha terminado con la imagen de España como tierra de promisión. Las cifras no oficiales apuntan a que cerca de 200.000 extranjeros han abandonado España en busca de un futuro menos incierto, y los técnicos, hasta ahora reacios a pronosticar cuánto iba a crecer la colonia foránea, se atreven ahora a vaticinar que los residentes extranjeros en España se van a estabilizar en alrededor de los seis millones.

«Las estadísticas son lentas y todavía apenas reflejan el cambio de tendencia, pero ya es una realidad más allá de lo que digan las cifras: la crisis ha provocado una drástica reducción de la entrada de inmigrantes y durante un ciclo largo el flujo de extranjeros se va a reducir», asegura una autoridad en la materia, Miguel Pajares, catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona, autor de los informes Mercado de trabajo e Inmigración .

Las estadísticas, como anuncia Pajares, solo dan algunas pistas. Según los últimos estudios del padrón – que contabiliza a extranjeros legales y sin papeles, europeos y extracomunitarios – durante el 2008, el año en que estalló la crisis, la población inmigrante creció un 6,3%, unos 330.000 residentes más, hasta llegar a los 5,6 millones. Eso sí, muy lejos del récord de un año antes cuando la colonia aumentó en algo más de 700.000 personas, un incremento superior al 15% en solo doce meses.

«La premisa principal para el aumento de población foránea se ha roto. Los inmigrantes viajan donde hay trabajo y el modelo productivo español, que hasta ahora se basaba en la construcción, no necesitará mano de obra en varios años, al menos hasta que España tenga que recurrir de nuevo a extranjeros para suplir su déficit demográfico», señala el profesor barcelonés.

Vaticinio

El Instituto Nacional de Estadística se ha atrevido a vaticinar cuánto va a durar la crisis de inmigración. Según su última proyección de población, la colonia inmigrante se estabilizará entre el 2012 y el 2018, con un crecimiento cercano a las 350.000 personas anuales, la mayoría por nacimientos ya en España y no por nuevas llegadas. Lejos, muy lejos, quedarán los años en que los extranjeros suponían entre el 75 y el 93% del aumento de población.

«El fenómeno ha tocado techo», coinciden todos los expertos. Descontando las salidas, el número de foráneos en España parece que se estabilizará en la próxima década en algo más de seis millones, apenas 400.000 más que la colonia actual. Esa población supondrá el 12% del total de los 46,6 millones de habitantes, un porcentaje que se sitúa en la media de los países desarrollados y que el Gobierno y las organizaciones del sector consideran «perfectamente asumible», aún en crisis.

Al margen de la polémica sobre cuántos han vuelto a casa a cuenta de la crisis, lo cierto es que los estudios del Ministerio de Trabajo, que computa a los inmigrantes con tarjeta de residencia, dejan ver a las claras ese cambio de tendencia. Desde enero a septiembre la población foránea legal creció un 5,4%. Un porcentaje alejadísimo de los años en los que el número se incrementó un 38%, como en el 2005.

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