Medio millar de personas recorrieron ayer las calles del barrio valenciano de Russafa para protestar contra la actual ley de Extranjería y reclamar el cierre de los actuales centros de internamiento para extranjeros (CIE). La manifestación partió de la plaza de Manuel Granero y acabó frente al centro de Zapadores, el más grande de todos.

Bajo el lema “Ningún ser humano es ilegal”, los portavoces de las plataformas de apoyo expresaron su indignación por el trato que reciben los inmigrantes en estos centros. “Son cárceles encubiertas en las que se priva de libertad a seres humanos que no han cometido ningún delito, sólo una falta administrativa”, dijeron.