RAMON TOMÁS
BARCELONA

Son niños y adolescentes antes que inmigrantes. El 85% han entrado en España de forma irregular y en Catalunya hay 761. Los denominados menores migrantes no acompañados (MMNA) son un colectivo que durante los últimos tres años ha estudiado un grupo de investigadores de la Fundació Pere Tarrés dirigido por Violeta Quiroga. Según datos del estudio, en Catalunya han entrado este año 249, frente a los 323 del 2008 y los 466 del 2007. Un descenso asociado a la ralentización de los flujos migratorios debido a la crisis.
El informe hace hincapié en nuevos perfiles de menores considerados de riesgo, pues al no ser detectados quedan desamparados de sus derechos fundamentales y, en muchas ocasiones, en manos de las mafias. Quiroga puso el acento en dos grupos: las menores rumanas y subsaharianas engañadas y condenadas a la prostitución y las chicas rumanas en familias numerosas dedicadas a la mendicidad y el hurto. Para agilizar su detección y que puedan gozar de servicios para su integración, Quiroga apostó por mejorar la coordinación entre los cuerpos de policía, educadores de calle, la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) y las asociaciones de colectivos.
«Hemos de alargar la cobertura a los 21 años para garantizar la inserción», afirmó Quiroga, y eso significa aumentar la oferta de pisos tutelados para que los menores dispongan de tiempo para su inserción.
En la presentación del estudio, Imma Pérez, secretaria del área de Infància i Adolescència de la Conselleria d’Acció Social, aprovechó para anunciar el cierre del albergue Alcor y el centro de día el Bosc. Dos centros, nocturno y diurno, por los que pasaban muchos menores. Pérez anunció que se abrirán nuevos centros de 24 horas para absorber a los menores de los espacios cerrados y darles mejor servicio. Quiroga aplaudió la acción, pues a su entender esos centros «hacían que muchos menores se perdiesen».La idea es «equiparar a los menores migrantes no acompañados con los menores autóctonos», dijo Pérez.