Y se sienten acosados

ABC, RAMÓN PÉREZ - MAURA, 16-12-2009

Racismo y democracia son conceptos incompatibles. Como lo son racismo y derechos humanos. El estudio del «Open Society Institute» que financia George Soros pone de manifiesto indicios de racismo que son preocupantes. Pero también convendría a las comunidades musulmanas preguntarse qué ha generado ese tipo de rechazo. Porque podemos condenarlo con toda la firmeza del mundo, pero es más útil preguntarse por qué surge esa tendencia tan detestable.

Hay un dato en el estudio extremadamente revelador: los musulmanes tienen un sentimiento de pertenecer a la ciudad y al país en el que viven y quieren residir en comunidades mixtas antes que entre los suyos. Y esto que suena tan bonito se parece muchísimo a una apología del multiculturalismo que fracciona sociedades y crea profundas divisiones entre los que viven unos junto a otros.

Una de las principales razones por las que los musulmanes padecen un creciente rechazo en Europa es precisamente por esto. Por su empeño en no integrarse culturalmente en Europa sino en seguir creando guetos que conformen culturas paralelas. Y eso implica escoger la marginalidad hasta que se sea mayoritario y se convierta en marginales a los que estaban allí antes. Y todos sabemos que quienes promueven ese tipo de actitud son los que provienen de sociedades en las que las posibilidades de mantener una cultura diferenciada o – no digamos nada – practicar una religión que no sea el islam, es simplemente implanteable.

Fundaciones como la de George Soros destilan un buenismo que a la larga ayudará a implantar una cultura entreguista que nos lleve a la claudicación. Defendamos la plena integración de los musulmanes en nuestra comunidad. Sus derechos han de ser exactamente los mismos que los de todo ciudadano legalmente asentado. Pero ni un derecho más.

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