La crisis acentúa la percepción de que la inmigración lastra el bienestar social

El País, SERGIO LÓPEZ, 16-12-2009

La crisis económica ha hecho que se resienta la consideración de la población autóctona hacia los extranjeros, que suman algo más de un 6% de la población de Euskadi. En el último año ha crecido algo la tolerancia hacia los aspectos culturales de los inmigrantes, pero ha aumentado mucho más el porcentaje de los que piensan que la llegada de personas foráneas perjudica la seguridad ciudadana, que pasan de un 48,3 a un 57%, o de aquellos que creen que la presencia de inmigrantes dificulta el acceso a las ayudas sociales, que pasan de un 41,6 a un 49%.

A los vascos les preocupa, en general, que la llegada de los inmigrantes lastre su nivel de bienestar. En este sentido, aumentado también el porcentaje de los que consideran que con más inmigrantes habrá que esperar más en los hospitales (del 37,2 al 45,8%), los sueldos bajarán y será más difícil encontrar trabajo.

Esta conclusión se extrae de comparar los datos del último Barómetro Ikuspegi sobre percepciones y actitudes hacia la inmigración extranjera, que fue presentado ayer por los directores del observatorio Ikuspegi, Xabier Aierdi y José Oleaga, y por el director de Inmigración del Gobierno vasco, Miguel González, con los de 2008. Para Aierdi, lo que traslucen los datos de este último informe es una “ambivalencia” de la población vasca con respecto a los extranjeros. A un 64,8% le parece bien que los extranjeros abran restaurantes exóticos, pero sólo a un 28% le gusta que ocupen plazas y espacios públicos o tengan centros de enseñanza propios.

La población vasca tiene un buen concepto de la población extranjera en términos de honradez, solidaridad, capacidad de trabajo o amabilidad, pero no en lo relativo a la igualdad de género: un 68% cree que los extranjeros son más machistas que los vascos. Los responsables de la investigación quisieron poner el acento en algunos aspectos positivos, como que, por ejemplo, ha aumentado el tiempo de ocio que los autóctonos comparten con los extranjeros, a la vez que baja un 1% el porcentaje de aquellos que temen que la identidad cultural vasca se diluya como resultado de la llegada de extranjeros (un 17%). No obstante, reconocieron que en un año “la postura de la población vasca se ha endurecido, es algo más crítica y algo más restrictiva con la población extranjera”. Como muestra está el dato de que un 60,5% es partidario de expulsar del país a aquellos inmigrantes que delincan.

Aunque Aierdi y Oleaga relativizaron la influencia de la crisis económica sobre estas opiniones, destacaron que lo cierto es que se valora sobre todo a la inmigración vinculada al trabajo. Un 56% cree que hay que regularizar sólo a las personas que trabajan, frente al 16% que es favorable a regularizar a todos. “La población se encuentra más tranquila si todo el mundo trabaja”, explicó Oleaga. “Un fuerte deterioro del mercado laboral podría afectar negativamente a la percepción de la sociedad hacia los extranjeros”, añadió, aunque confió en que la mejoría económica aleje a Euskadi de ese escenario.

En cuanto a la simpatía que despiertan los distintos colectivos de extranjeros, son los más cercanos culturalmente, los de la Unión Europea o Suramérica, los que son vistos con mayor cariño, mientras que la población del Magreb, Europa del Este y Asia es la que suscita más prejuicios. Un 68% de la población prefiere vivir en un barrio donde la mayoría de las personas que residan en él sean de su mismo grupo étnico y sólo algunas de un grupo étnico distinto, mientras que un 22% querría vivir en un sitio donde directamente no hubiera nadie de un grupo étnico distinto.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)