Lo que por uno fue recibido como un compromiso, por el otro fue ofertado como una posibilidad. Rogelio Martínez, delegado de la Xunta en Ourense, aseguró ayer, en referencia a las afirmaciones en su contra hechas por el abuelo de Moisés, que nunca se comprometió a nada ni realizó promesa alguna en relación al futuro del chico.

«Yo no me comprometí a que los abuelos podrían acoger al chico cuando saliera del hospital. De lo único que se habló es de que se estudiaría la posibilidad de que ellos pudieran acogerlo y de que se haría todo lo posible», puntualizó Martínez, quien se remitió al informe de los técnicos de menores para explicar por qué no se ha dado el visto bueno a esa acogida.

«Los técnicos fueron a esa casa, vieron las instalaciones y entrevistaron al abuelo. Decidieron en base a todo ello que no era una familia idónea para la acogida y eso no tiene vuelta atrás», insistió el político, quien a última hora de la tarde no tenía intención alguna de presentar su dimisión, tal y como se lo había solicitado Gregorio Montoya. «Ellos están en su derecho de pedir lo que quieran», zanjó.

Otra familia de acogida

Eso sí, el delegado volvió a insistir en la posibilidad de que otra familia pueda acoger al menor mientras la Xunta lo mantiene bajo su tutela para tratarlo de sus problemas de sobrepeso, siempre que tenga el visto bueno de los padres del chico y de la Xunta.

«El chico está en el centro bajo las mismas normas que cualquier otro menor, aquí no hay ningún tipo de discriminación», explicó Martínez, quien aseguró que a día de hoy Moisés es el único niño gitano que está en el centro de menores de A Carballeira.