El presidente de la Ciudad volvió ayer a condenar las pintadas racistas aparecidas en la fachada de la mezquita del Mantelete, expresiones xenófobas a las que Juan José Imbroda se refirió de nuevo para «cortar de raíz la sarta de mentiras vertida por los grandes manipuladores de la política de Melilla». En alusión a Dionisio Muñoz y Mustafa Aberchan, a quienes acusó de ser expertos en «echar tierra sobre los demás», el líder del Ejecutivo local aseguró que se «han retorcido» sus declaraciones sobre unas pintadas que condena «sin paliativos y rotundamente», agresiones que no comparten los melillenses.

Imbroda también insistió en que tan «grave» como esas frases racistas son los discursos políticos de un imán que, durante la pasada Fiesta del Sacrificio, pidió a los fieles que no militaran en ningún partido político que no fuera musulmán. En este sentido, el popular reprochó a los líderes de la oposición que en lugar de condenar los dos incidentes sólo rechacen lo ocurrido en la mezquita.

En opinión del presidente, un demócrata «que se precie» tendría que haber protestado contra los sermones que ponen en peligro la convivencia de la población. Lo que sucede, cree Imbroda, es que ni a Muñoz ni a Aberchan les interesa situarse frente al «voto cautivo». El popular, que sostiene que tanto CpM como PSOE harán el «ridículo» elección tras elección, reconoció que ni siquiera le extrañaría que los máximos responsables de ambas formaciones sean quienes hayan hecho las pintadas de «moros fuera» para «montar después la que han montado».

Sobre este mismo asunto, aunque horas antes, el secretario general de los socialistas melillenses apuntó que de la valoración que ha hecho el líder del Ejecutivo Autonómico de las pintadas racistas aparecidas en la mezquita del Mantelete, se deduce que Juan José Imbroda «está esperando que haya en la ciudad un conflicto importante» así como que «está dispuesto a llegar a dónde haga falta «para alcanzar sus objetivos. Dionisio Muñoz pidió ayer al presidente que no vuelva a intervenir para separar a la población porque «el bien más preciado» de la sociedad local, asegura, es la convivencia.

El número uno del PSOE acusa a Imbroda de actuar «como un batasuno» al minusvalorar este atentado y «señalar con el dedo» a un religioso de la ciudad. El socialista, que también sostiene que el lenguaje utilizado por el presidente raya la «confrontación», se pregunta si el popular restaría importancia a lo ocurrido si las pintadas hubieran aparecido en una sinagoga.

Además de condenar «sin paliativos» el incidente y de pedir que se busque «incesantemente» a quienes han atentado contra la convivencia de Melilla, Dionisio Muñoz dijo que por el calificativo empleado por Imbroda para referirse al autor de las pintadas podría parecer que sabe quién está detrás de todo. El socialista lamenta también que al presidente no haya mostrado tanta preocupación por la misa que un obispo ofició recientemente junto a una bandera franquista.

Respecto a la valoración del líder del Ejecutivo, Muñoz insiste en que no se pueden equiparar las amenazas racistas y fascistas con el discurso que defienda un religioso. El socialista pide al presidente que rectifique y tome las medidas oportunas en pos de la convivencia en lugar de «especular en los medios de comunicación» porque, en su opinión, está haciendo un «flaco favor a los melillenses».

También el coordinador en Melilla de Unión, Progreso y Democracia hizo un llamamiento a la «cordura» a los líderes políticos con representación para que «suavicen sus enfrentamientos verbales y se pongan a trabajar de verdad por los ciudadanos». Emilio Guerra insiste en la necesidad de elaborar un acuerdo expreso para borrar del discurso político «cualquier alusión a temas religiosos que pueda ser motivo de erróneas interpretaciones o focos de disputa». UPyD se pone a disposición de PP, PSOE y CpM «para iniciar, de buena voluntad, un diálogo fluido y responsable que ponga un poco de sensatez a tanto despropósito».