La ONG de ayuda al refugiado revela que el 32% de los internos dice haber recibido un trato negativo verbal o físico.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) hizo ayer público el informe «Situación de los Centros de Internamiento para Extranjeros en España (CIE)», en el que denuncia que los internos sufren torturas, hacinamiento en las celdas y unas condiciones de vida indignas para un ser humano.
El trabajo refleja el día a día de los internos –que pasan una media de 13 a 15 días en el centro– en tres de los ocho CIE que existen en España (Málaga, Madrid y Valencia), tras visitarlos y realizar más de un centenar de entrevistas a los internos, cotejadas después con los funcionarios.
 La primera y alarmante conclusión del estudio es que el 32 por ciento de los internos considera sufrir un trato negativo verbal o físico dentro del centro, y un cuatro por ciento apunta incluso a torturas y malos tratos graves. Falta de información, malas condiciones higiénicas, desconocimiento del abogado que los asiste, estado deficiente de las instalaciones y uso indiscriminado de las celdas de castigo, también fueron denunciadas por los internos.

Peor que en la cárcel
Una de las realidades constatadas por los representantes de CEAR tras visitar los centros es que «están pensados como comisarías para una estancias cortas», pero «funcionan con una dinámica de cárcel». La consecuencia, en muchos casos, es que las condiciones de vida en los CIE son peores que las del régimen penitenciario normal en cuanto a espacio, reglas, horarios, actividades de patio y acceso a comunicaciones.
Con estos datos, el secretario general de CEAR, Alfredo Abad, dijo que los centros de internamiento «repugnan» al Estado de Derecho y su situación exige tomar medidas.
Uno de los datos que desmiente la idea de que todos los internos son delincuentes es su perfil. El 48,6 por ciento lleva en España más de cuatro años –muchos de ellos hasta 20 años–, tiene más de 30 años; uno de cada cuatro está casado y con hijos en España, procede sobre todo de América Latina (40 por ciento), Magreb o África subsahariana y ha iniciado los trámites de regularización. De hecho, la mitad de ellos han sido detenidos por motivos migratorios. Especialmente dura es la realidad de los internos de origen africano, que sufren esta realidad después de haber estado viajando de tres a cuatro años hasta llegar a España, aunque hay algunos que han tenido que invertir  de 10 a 12 años de su vida y cruzar siete países antes de atravesar la frontera por Ceuta o Melilla.
Por su parte, el Ministerio del Interior emitió un comunicado en el que negó los hechos e indicó que únicamente tuvo constancia de un incidente en el CIE del madrileño barrio de Aluche, del que se informó de inmediato a la autoridad judicial. Sin embargo, para aclarar la situación, anunció la apertura de una investigación interna para determinar la existencia de responsabilidad por parte de algún funcionario.