«Hay muchos menos pasajeros, sobre todo inmigrantes»

ABC, 10-12-2009

T. G. R

MADRID. Los ciudadanos apuntan a la crisis y al regreso de los inmigrantes a sus países cuando se habla de un descenso en el número de viajeros en el transporte público madrileño. Pilar Ventura, residente de Villanueva de la Cañada, forma parte de esos miles de personas que optan por llenar las calles de Madrid en Navidad. Se ha desplazado hasta el centro en su vehículo, «pero es algo puntual», aclara. Con o sin crisis asegura continuar cogiendo el transporte público para dirigirse hasta su trabajo, en la capital.

En los últimos meses, Pilar se ha percatado de un leve descenso en los autobuses que coge entre semana (31 y 36). «Tomo el bus a las seis de la mañana. Hace un año se veían muchos más inmigrantes que ahora. Como hay menos trabajo, muchos se han vuelto a su lugar de origen», intuye.

Sandra Martín, una joven de 24 años, coge el Metro todos los días para dirigirse desde La Latina hasta Rubén Darío. Ella también percibe la disminución de viajeros. «Hay menos pasajeros, sobre todo extranjeros. Antes era imposible sentarse en hora punta; ahora, la cosa está mas desahogada», comenta.

Julián, un trabajador de una zapatería de la calle del Arenal, también se desplaza en transporte público. «No es lógico que con la crisis la gente opte más por sacar el coche, es más caro», expresa.

Para las cifras del Consorcio Regional de Transportes, Julián maneja su propia teoría: «Muchos se han quedado en el paro y la gente que busca empleo sólo toma el transporte público para «curriculear» entre semana».

Esta hipótesis se complementa con la aportación de Luis y Santi, dos jóvenes que realizan sus compras en la calle Preciados: «Si estás en el paro, coges el transporte para lo exclusivamente necesario para no gastarte demasiado», dice el uno. «Aunque estés sin trabajo, no te vas a quedar en casa el fin de semana. La gente continúa sacando el coche», añade el otro.

Para Peter, un taxista inmigrante residente en España desde hace seis años, «todo es una cadena. Si los inmigrantes tenemos trabajo, nos quedamos y gastamos, pero si no lo hay, nos vamos».

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