LA DEFENSORA DEL LECTOR

Del velo y la gorra

La Vanguardia, , 06-12-2009

Marga Soler

Los alumnos de un instituto de Mollerussa no querían que se prohibiera el velo, sino poder llevar ellos gorra
El hiyab o velo islámico no significa siempre lo mismo, ni en todas las culturas ni para todas las mujeres que lo llevan. Mientras para algunas es una opción personal que expresa su religiosidad o bien una reivindicación cultural, para otras es una obligación social o familiar, muchas veces de claras connotaciones machistas. Sea como sea, su uso en el ámbito público ha generado numerosas polémicas en muchos países. Francia lo prohibió en el 2004 en las escuelas públicas, en la administración y en los hospitales, junto con cualquier otro signo religioso ostensible. En Bélgica, el consejo escolar de la región de Flandes acaba de anunciar que hará ilegal su uso a partir del 2010. En España, en cambio, el principio general es la aceptación de la simbología religiosa personal y hasta el momento no ha habido graves problemas con este asunto. Tampoco en Catalunya, a pesar de ser la comunidad autónoma con más alumnos musulmanes, según la Unión de Comisiones Islámicas de España. Sin embargo, La Vanguardia informó de un incidente en un instituto de Mollerussa (Lleida) que parecía romper la tolerancia existente con el uso del velo islámico en las escuelas, pero lectores como Jaume Molsosa cuestionaron si realmente se podía enmarcar en este contexto.

“La Vanguardia del 12 de noviembre, página 26, titula: ´Plante en un instituto de Mollerussa por el uso del velo de dos alumnas´ – dice el lector-.Uno se guía muchas veces por el titular para decidir si leer o no el artículo. En este caso, caí en la trampa,pero resultó que en realidad los alumnos rebeldes no están en contra del velo de sus dos compañeras, sino en contra de la norma que les prohíbe llevar gorra o cualquier otro objeto en la cabeza, según se desprende de la lectura del texto. No es de recibo titular de modo engañoso. Quienes sólo hayan leído el título habrán deducido que se trata de una protesta en contra del uso del velo islámico en la escuela, cuando en realidad no es así”. Oscar Rico, profesor de instituto, incide en la cuestión: “Está claro que si el velo no tuviese el significado religioso que tiene, el tema no hubiera dado de sí”, y añade: “Nunca he visto una situación semejante en los casi treinta años que llevo trabajando en diversos centros de Catalunya, lo que me hace pensar que no pasó de ser un enfado protagonizado por jóvenes que no andan sobrados a la hora de convivir con los demás, y de fomentar un clima de comprensión y tolerancia hacia sus propias compañeras de clase”.

Susana Quadrado, redactora jefa de Tendencias y Cultura, explica: “Los titulares admiten pocos matices y es necesario un esfuerzo de síntesis debido a la limitación de espacio. Si en el título se hubiera usado la preposición contra y no por,quizá sí hubiera podido decirse que inducía a engaño, pero no fue así. Los chavales no vieron en el velo un objeto de rechazo por motivos religiosos, pero sí que lo utilizaron como base de una protesta que organizaron a conciencia a través de Facebook. El diario consideró necesario hacerse eco de este incidente cuando los colegios de Catalunya han mostrado una buena convivencia con las más diversas costumbres culturales”.

“Plante en un instituto porque los alumnos quieren llevar gorra”, destacando que pedían igualdad con las chicas que portan el velo, hubiera sido una presentación más apropiada, y reflejado mejor la naturaleza del incidente: una gracia de los chavales más que un conflicto religioso y social. De todas maneras hablar de trampa es ir demasiado lejos, y se trata de una pequeña imprecisión que no empaña el difícil y meritorio trabajo de quienes todos los días tienen que encontrar historias relevantes y originales para Tendencias.

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