Patinazo diplomático

La Razón, 06-12-2009

Una vez más, la diplomacia española queda en ridículo frente a Marruecos. El tradicional «amigo del sur», vuelve a demostrar que no lo es tanto. El espectáculo ofrecido con Aminatu Haidar y su viaje a ninguna parte parece un vodevil, si no fuera tan trágico por la delicada situación de la activista saharaui. El vecino reino alauita sigue siendo una Monarquía teocrática que lanza avisos a España cuando le conviene. La siempre polémica amistad hispano – marroquí está llena de tiras y aflojas que ponen en un brete a nuestro Gobierno.
Recordemos al padre del actual Rey, Hassan II, con su querida Marcha Verde, estrategia con la intención de arrebatar a España el Sahara occidental. Su hijo también hizo lo suyo con el islote Perejil. Y ahora, una pobre mujer en huelga de hambre revela la fragilidad del ministerio de Exteriores ante el país magrebí. Cuesta trabajo creer que el propio jefe de Gabinete de Moratinos estuviera bordo del avión abortado en su despegue y no supiera las intenciones de Rabat.
La reivindicación de Marruecos sobre el Sahara nunca ha cesado y aflora ante los sucesivos Gobiernos españoles. A pesar de que los presidentes de la democracia siempre se han estrenado con un viaje al vecino marroquí, los pulsos han sido constantes, con la amenaza latente de Ceuta y Melilla.
El triste episodio de Haidar revela, de nuevo, un patinazo diplomático.

 

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