FUNDACIÓN / EN BUSCA DEL VOTO MUSULMÁN

SEIS MINARETES Y UN PARTIDO ISLÁMICO NUEVO

El Mundo, JAVIER GÓMEZ, 06-12-2009

SE LLAMA «Renacimiento y Unión» y aspira a ganarse el voto de los 500.000 musulmanes con derecho en España. Su fundador es Manuel, un cristiano reconvertido, ex emigrante en Suiza, país que rechazó la construcción de alminares Cuando le estalló aquel maldito cohete en las manos, hace 15 años, a Manuel Bugeira le estallaron tres dedos y la fe católica. Las falanges no encontraron reemplazo, pero el Corán se quedó en el balde que hasta entonces ocupaba la Biblia.


Manuel, 42 años, es uno de tantos gallegos de la costa da Morte que empaquetó la morriña y emigró a Suiza. El país helvético prohibió el pasado fin de semana en referéndum la construcción de alminares – un 57,5% se pronunció contra las torres desde las que se llama al rezo en las mezquitas – . Pero cuando este ex jefe de sala de una cadena de hoteles, hoy jubilado, acudía a la mezquita de Delémont (oeste de Suiza), no pasaba bajo minarete alguno. Desde fuera, su centro de rezos anónimo bien podía albergar un taller de manualidades o las reuniones de un club de divorciadas.


Manuel dice que no le ha decepcionado Suiza: «Cada país es libre. Los suizos no protestan contra los minaretes, sino contra los 400.000 musulmanes que viven allí». Ahora vive en Lada (Langreo), en plena cuenca minera, y allí ha fundado la delegación asturiana del partido político Renacimiento y Unión (Prune), la primera formación islámica española. La organización, con sede en Granada, se registró en julio en el Ministerio del Interior pero su presentación pública se hará a mediados de diciembre.


Sus compañeros de sidras se chotean de él sin parar: «Que vamos a tener que resucitar a Don Pelayo…». Y Manuel, converso de anchas espaldas, no entra al trapo: «Yo, cuando me hablan de lo de la reconquista de Al Andalus o de la nueva invasión de los musulmanes, me descojono. Pero si estoy en mi país…».


EL QUINTO PARTIDO


Por ahora son menos de un centenar de militantes. En Asturias, apenas cinco. En breve esperan abrir sedes en Madrid y Barcelona. Su primera cita electoral será en 2011 y, según reza la propaganda del partido, el Prune apuesta por el islam como «factor determinante de la regeneración moral y ética de la sociedad española».


Aunque las cifras son imprecisas, en España hay en torno a 1,5 millones de musulmanes. De ellos, medio millón tiene derecho a voto, según las estimaciones del Prune. «Si no las hubiéramos hecho, no habríamos dado el paso», avisa Manuel. Es decir, de convencer a su electorado objetivo se convertirían en el quinto partido de España en términos absolutos, tras PSOE, PP, IU y CiU.


En la sede central del Prune, un bloque de viviendas algo desastrado del deprimido polígono granadino de la Cartuja, ni rastro del partido. Ni siquiera una pegatina en la puerta. Nadie responde al timbre. El fundador y líder, Mustafá Bakkach, es un periodista y escritor marroquí que lleva 18 años en España y vive en Granada. Crónica no ha podido hablar con él porque esta semana estaba fuera de España. Su alter ego asturiano, Manuel Bugeira, asegura que su objetivo no es implantar la sharia como los talibanes. «Nos inspiramos en el Corán pero nos regimos por los principios constitucionales. No queremos reconquistar España. Sólo decir: “aquí estamos”. Y reclamar un tratamiento digno para los musulmanes. Hay mucho desconocimiento. Mi mujer, marroquí y musulmana, no lleva velo. Y de sumisa, por cierto, ¡no tiene nada!».


Un informe publicado por el diario británico The Daily Telegraph indica que, manteniéndose el ritmo demográfico y migratorio, el 20% los europeos serán musulmanes en 2050. De hecho, por todo el continente brotan partidos de raíz islámica. El último, en septiembre, el Muslim Democratic Union, en Bulgaria, pero también el Dutch Muslim Party (Holanda), el Finnish Islamic Party (Finlandia) o el Partido Noruego de los Inmigrantes.


Luis Arroyo, experto en comunicación política y presidente de Asesores de Comunicación Pública, considera «una idea descabellada e inverosímil» la creación del Prune. «Aquí no hay un conflicto con la cultura musulmana como en Centroeuropa. En España, el eje religioso como factor determinante de la política no tiene pegada. Tendría más lógica que los musulmanes trabajasen desde dentro de los grandes partidos».


«MÁS QUE LA GIRALDA, NO»


En Asturias no hay minaretes. En España se yerguen seis de estas edificaciones, en las mezquitas de Madrid, Valencia, Granada, Málaga, Marbella y Fuengirola. Dos más que en toda Suiza, donde la zapatiesta se montó por cuatro torretas. En Francia, por ejemplo, de 1.500 mezquitas, 30 cuentan con alminar.


Aunque un referéndum a la suiza sería impensable – y probablemente también inconstitucional – , en nuestro país, la edificación de minaretes ha provocado no pocas disputas. En Granada se tardó 26 años en levantar la mezquita de San Nicolás, y hubo que presentar una réplica de tamaño natural del minarete para demostrar que no era más alto que el campanario de la iglesia cercana. Un duelo eclesial sobre quién la tiene más alta que bien podría haber firmado Fellini.


«En Sevilla llevamos seis años y todavía no hay mezquita. Lo primero que nos dijeron fue: “Ni hablar de que sea más alto que la Giralda, ¿eh?”. La Giralda tiene 100 metros y nuestro minarete está pensado para 36, pero si nos dicen 20, pues 20», concilia Malik Ruiz, presidente de la Comunidad Islámica de España.


«El problema no son los minaretes, sino los garajes convertidos en centros de rezos, que son incontrolables. Las mezquitas no son escondites de bombas. En Granada, por ejemplo, estamos encantados de recibir al CNI cuando nos lo piden», añade Ruiz.


Abdel Karim, vicepresidente de la Junta Islámica de Granada, cree que el referéndum daría el mismo resultado en España. No obstante, en su opinión, es el islam el que debe cambiar: «Estamos en el siglo XXI. Los minaretes son exigencias de los países musulmanes que suelen financiar las mezquitas, no una necesidad. En Estados Unidos, por ejemplo, las mezquitas no se reconocen desde fuera».


Abdel Karim no ve la necesidad ni la viabilidad de un partido político islámico como el Prune. Y de hecho, él, Malik Ruiz y otros responsables del islam español aseguran sentirse «sorprendidos» por la creación de un partido del que no habían tenido noticia directa.


Manuel y los suyos creen que el tiempo y la demografía corren de su parte: «Cada vez somos más. En diez años veremos los primeros alcaldes musulmanes. Y en 30 años, los primeros ministros».


Con información de José A. Cano.

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