LA TRONERA

Habló Suiza

El Mundo, ANTONIO GALA, 04-12-2009

QUIZÁ los bancos sean lo más fiable de Suiza: no tengo esa experiencia. Por lo demás me parece un país aburrido, no trasnochador y amenazado por el predeterminismo calvinista, que ya es. No viviría allí, salvo que decidiera no salir a la calle o enfermar gravemente de tisis, si es que eso se decide. Ahora da una última prueba de frialdad y lejanía: prohíbe que las mezquitas erijan minaretes para llamar a la oración. Lo ha decidido más de la mitad de los votantes. Qué pena. Herir la piel llagada de los musulmanes no es la mejor decisión. Quebrantar una proverbial neutralidad, mantenida a fuerza de no integrarse ni en la UE, de no pertenecer a bando alguno, de guardar un silencio sólo interrumpido por el reloj de cuco y una insipidez sólo aliviada por el chocolate, es algo sorprendente. Suiza puede, por fin, correr un riesgo grave; ya amenaza Turquía. Como el que ella impuso – bueno, lo quemó – a nuestro Miguel Servet. Si se quiere ser abstemio, se ha de renunciar a Ginebra. Si se quiere ser laico, hay que no tomar un partido religioso. Ni con pretextos urbanísticos.

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