El veto suizo a los minaretes enfrenta a Europa con sus demonios

"Estoy un poco escandalizado", afirma el ministro francés de Exteriores

La Vanguardia, , 01-12-2009

GEMMA SAURA – Ginebra Enviada especial

“Sobre una Europa casi islamizada ondea ahora la bandera de la valiente Suiza”, afirma la Liga Norte italiana
Las urnas helvéticas han encendido la alarma en Europa.

Seis de cada diez electores refrendaron el domingo la iniciativa populista para prohibir la construcción de minaretes, y la decisión del pueblo suizo ha colocado al resto de europeos frente a su peor espejo: ¿qué hubieran votado los franceses, los alemanes, los italianos, los austriacos, los belgas, los españoles…?

Suiza ha agudizado el debate y el vértigo: la xenofobia, el terrorismo islámico, el auge de la extrema derecha, el encaje del islam, los límites de la democracia… la propia definición de Europa y de la libertad. Quizás por ello, porque muchos reconocieron sus propios demonios, la condena contra la decisión del pueblo suizo fue unánime. “Estoy un poco escandalizado – declaraba el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner-.Es una expresión de intolerancia, y detesto la intolerancia”. “Los suizos tienen un sistema excelente de consulta popular, pero a veces puede ser utilizado mal, como en este caso”, dijo la ministra sueca de Integración, Nyamko Sabumi, cuyo país ostenta la presidencia semestral de la Unión. “Entre los musulmanes y los europeos en la UE no hay problemas”, añadió.

Menos positivo se mostró el democristiano Wolfgang Bosbach, de la CDU de la canciller alemana,

Angela Merkel, para quien este voto expresa el miedo a una islamización de la sociedad, que “debe ser tomado en serio”.

La esperanza del Gobierno suizo, que hizo campaña por el no, es que el derecho internacional tumbe una enmienda constitucional que choca con la Convención Europea de los Derechos Humanos y el pacto de la ONU sobre derechos ciudadanos y políticos, ratificados por Berna. Un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos anunció que un grupo de expertos está examinando la cuestión desde un punto de vista legal.

Suiza tiembla ante una reacción airada del mundo musulmán y ha emprendido una campaña de información. Ayer aún se había producido declaraciones oficiales de ningún Gobierno musulmán. Sólo algunos líderes religiosos hablaron. El muftí de Egipto calificó la decisión suiza de “insulto” para todos los musulmanes, a quienes pidió sin embargo que no se dejaran provocar. El líder religioso chií libanés Fadlalah denunció “el racismo contra los musulmanes en Occidente”.

Y, ante tanta pesadumbre, la gran familia de la extrema derecha y los populistas europeos celebró el triunfo se sus colegas suizos. “Sobre una Europa casi islamizada ondea ahora la bandera de la valiente Suiza, que quiere seguir siendo cristiana”, declaró el eurodiputado italiano Mario Borghezio, de la Liga Norte. En una nube de euforia, su compañero de partido, Roberto Castelli, viceministro de Infraestructuras, propuso poner un crucifijo en la bandera italiana. El francés Frente Nacional pidió a “las élites” que dejen de “ignorar los temores de los europeos”. Y el holandés Partido para la Libertad y el Partido del Pueblo Danés anunciaron que quieren el mismo referéndum en sus países.

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