Posibles reflexiones de un ultraderechista suizo. Como somos un país cuco y civilizado no podemos proponer la prohibición del Islam, los musulmanes, el cuscús o las mezquitas. ¿Qué puede simbolizar el todo? El minarete. Y lo que podría ser un problema de planeamiento urbanístico acaba siendo una cruzada casera porque el partido ultra han conseguido manipular el miedo ciudadano. Claro, es que prohibiendo los minaretes se lucha de manera eficaz contra el terrorismo islámico. Ya no se podrá llamar a la oración ni a la revuelta desde la altura del alminar. Porque los musulmanes no tienen internet ni teléfonos y se comunican como en la Edad Media. Nos gustan los Von Trapp, pero los ‘Al Trapp’ que no vengan. Al final tenía razón Emily Dickinson: «Vivimos como suizos, / tan tranquilos, tan fríos. / Y una tarde sin par / los Alpes desatienden sus cortinas / y miramos más lejos». Pero para mirar así, más vale seguir tranquilo, frío y cuco.