Sorpresa en el Gobierno por el «sí» a la consulta sobre los minaretes

Suiza abre la veda a la limitación de símbolos islámicos

La Razón, 30-11-2009

Un 57,5% de los suizos aprobó que el artículo 72 de la Constitución diga que la construcción de minaretes está prohibida.

Sólo cuatro de los 23 cantones suizos rechazó la propuesta, planteada por la Unión Democrática de Centro (UCD) como un referéndum sobre el islam, la presencia de musulmanes y la amenaza extremista.
El resultado pilló por sorpresa al Gobierno suizo, ya que las encuestas preveían el «no» a la propuesta. «Estoy conmocionada, lo lamento profundamente. Creo que este resultado es una señal de alarma, un sentimiento de repliegue, de autodefensa que han tenido los ciudadanos en un contexto de mundo globalizado, y con una crisis económica», afirmó la ministra de Exteriores suiza, Micheline Calmy – Rey. En entrevista con varias agencias de prensa, entre ellas Efe, Calmy – Rey admitió que el significado de la votación está claro: «Quedará prohibida la construcción de mezquitas con minaretes, las cuatro existentes en Suiza seguirán ahí y se podrán construir nuevas mezquitas pero sin ellos, y los musulmanes podrán seguir rezando los viernes».
Entre las razones que han llevado a una mayoría de suizos a votar contra los minaretes –e indirectamente contra la presencia de musulmanes en el país–, Calmy – Rey aseguró que ha habido «una instrumentalización muy bien hecha» por parte de los partidos de la derecha nacionalista que promovieron la iniciativa y apelaron al miedo y a otros prejuicios.
Calmy – Rey anunció que ha dado instrucciones a sus embajadores para que expliquen a los países islámicos lo ocurrido en base al «principio de la democracia directa» suiza, donde casi todas las decisiones se someten a votación popular.
Desde las formaciones políticas de izquierdas, la consternación es general, y así los Verdes ya han adelantado que se plantean recurrir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por considerar anticonstitucional el referéndum.
También la Conferencia Episcopal suiza lamentó el resultado de la consulta, y su portavoz, Walter Müller, dijo que es «un obstáculo en el camino a la integración y al diálogo interreligioso en el respeto mutuo».
Estas declaraciones contrastan con la alegría en el UCD, que considera el minarete «un símbolo de poder del islam político y la Sharia», según Walter Wobmann, líder de la iniciativa ultranacionalista.


Una campaña encendida
El referéndum que ha puesto a Suiza bajo los focos de Europa y del mundo musulmán estuvo precedido por una candente campaña, en la que varios ayuntamientos llegaron a prohibir los carteles en favor de la iniciativa, por considerarlos «racistas, irrespetuosos y peligrosos». Entre ellos, el que mostraba a una mujer cubierta con el velo islámico integral (niqab) y varios alminares atravesando como agujas una bandera suiza.
En el país alpino, con una población de unos siete millones de habitantes, viven unos 300.000 musulmanes, la mayoría de Bosnia, Kosovo y Turquía. Sólo cuatro de las mezquitas tenían alminar, entre ellas la de Ginebra, que  votó contra la prohibición.

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