Haidar pide que la solución respete su nacionalidad

El Mundo, RAFAEL J. ÁLVAREZ, 30-11-2009

El mundo de la Cultura responsabiliza al Gobierno y exige que Zapatero intervenga Rivas Vaciamadrid


Bombeándole a distancia cultura, glucosa y resistencia, miles de personas sujetaron ayer a Aminatu Haidar antes y después de su desmayo, una fuerza colectiva de gargantas que ayudó a que la Gandhi saharaui rechazara la ciudadanía española ofrecida por el Gobierno para no ser «extranjera en su propia casa».


A su lado en Lanzarote y en Madrid, donde los artistas responsabilizaron al Gobierno del presente de la activista saharaui, la Plataforma de Solidaridad pidió que el presidente Zapatero intervenga para solucionar la crisis y evitar un «trágico final».


Haidar, rota tras 14 días en huelga de hambre, habló ayer con la boca de su abogada: «Aminatu agradece las ofertas, pero no esperaba que un Gobierno democrático que debe cumplir el Estado de derecho actuara así», informa Europa Press.


Haidar estaba reunida en el aeropuerto de Lanzarote con el enviado del Gobierno cuando un mareo interrumpió la negociación de su futuro, ese dilema de convertirse en española de repente para poder salir de España o seguir siendo lo que es para que le dejen volver a su Sáhara.


Le dio tiempo a decirle al alto cargo de Exteriores que el pasaporte español no resolvía el conflicto y que fue trasladada a España «a la fuerza» por Marruecos con la «cooperación» del Gobierno de aquí. Haidar habló de «violación del Gobierno de España del Pacto Internacional de Derechos Civiles», que prohíbe negar a una persona la salida del país.


Los médicos recetaron descanso a Aminatu y la Plataforma habló por ella con el enviado de Moratinos. «Aminatu me ha pedido que transmita al Gobierno su decepción por la triste propuesta de concederle la ciudadanía española, porque eso no va a resolver lo que el propio Gobierno, junto al marroquí, han creado», dijo la abogada Inés Miranda.


La solución suena distinta. «Debe recuperar su pasaporte. Todo lo demás es evitarle el marrón a Marruecos. El Gobierno debe dejar ya de enredar». Era Gaspar Llamazares en las bambalinas de un macroconcierto con mensaje. A más de 1.600 kilómetros de Lanzarote, la cultura y la calle apelotonadas en Rivas – Vaciamadrid responsabilizaron al Gobierno del hambre de Aminatu y se transmutaron en proteína política: «Si yo tuviera un cargo en el Gobierno, estaría allí con ella. El Gobierno debe hacer más presión diplomática (…) Hay que llamar a las puertas inexpugnables de la monarquía marroquí a ver si se caen».


Lo dijo Pedro Almodóvar, que resultaría increíble si escribiera el guión de Haidar, expulsada por Marruecos, retenida por España y hambrienta de regreso en un aeropuerto que no le sirve para viajar, mujer al borde de un ataque de nervios.


La de Almodóvar fue una del medio millar de firmas de la cultura que se trajeron a Rivas los rotuladores gritones del No a la Guerra para pintar a voces Por el regreso al Sáhara de Aminatu Haidar. «A mí no me han subvencionado en mi puta vida. Pago impuestos y digo lo que pienso, o sea, que el Gobierno tiene mucho miedo de que Marruecos nos toque los perejiles. Luego nos llaman el clan de la ceja, pero yo les voto para vigilarles», contaba Miguel Ríos.


En el escenario y en las butacas resonó durante el día torrencial de Madrid la lucha por la independiencia de un pueblo nada desierto, las «350.000 personas y muchas más en el mundo que cerrarían los ojos si Aminetu los cerrara», como contaba la carta de Javier Bardem leída por Juan Diego Botto y Juan Diego. «Joder, el otro día con lo de Bolivia y hoy aquí. Uno tiene años, pero hay que estar en la lucha», decía en los camerinos el actor inmenso, siempre trajinando por los asuntos de los santos inocentes.


Y así, medio centenar de cantantes y actores, miles de vecinos madrileños y algunos saharauis, que fueron relevándose en las butacas para ver, oír y no callar. «¡Sáhara, libertad!», «¡Marruecos culpable, España responsable!», «¡Moratinos, dimisión!», «¡Aminatu somos todos!».

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