La activista habla con LA RAZÓN tras 14 días en huelga de hambre

Haidar: «No aceptaré ser española»

La Razón, 29-11-2009

En declaraciones a LA RAZÓN, la activista saharaui Aminatu Haidar acusa al Gobierno de haber «acordado» su expulsión con el régimen marroquí

La voz de Aminatu Haidar suena firme al otro lado del teléfono. Dos semanas de ayuno voluntario no parecen haber hecho mella en la determinación de esta mujer de 42 años, símbolo de la causa saharaui. Haidar afirma encontrarse «muy bien de moral», aunque confiesa que la debilidad física va ganando terreno. En declaraciones a este periódico desde el aeropuerto de Lanzarote, donde fue deportada el pasado 14 de noviembre desde El Aaiún (capital del Sahara Occidental), afirma que «no aceptaré la nacionalidad española».

 

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ofreció ayer a Haidar (en la primera conversación hasta la fecha) la ciudadanía como una «medida excepcional» para poner punto final a una crisis que ha puesto contra las cuerdas al Gobierno español. La ola de solidaridad con las reivindicaciones de esta mujer han sobrepasado al Ejecutivo y la Plataforma de Artistas que antes apoyaba su política económica ahora critica ferozmente el tratamiento de la causa saharaui. Haidar asegura que «el Gobierno se ha equivocado conmigo» y no tiene dudas de que «España y Marruecos pactaron mi expulsión» aunque Moratinos le expresara ayer su «admiración» vía telefónica.

 

El 13 de noviembre esta defensora de la autodeterminación de la ex colonia española fue obligada a volar de vuelta a Lanzarote después de serle requisado el pasaporte a su entrada en El Aaiún. La causa que esgrime Marruecos es que Haidar se negó a declararse marroquí en el control fronterizo. Desde entonces quedó en tierra de nadie: no puede salir de España sin pasaporte, aunque sí tiene el permiso de residencia, y se niega a solicitar otro en el consulado alauí «porque ya tengo uno en regla», el que quedó en el Sahara. Antes de ofrecerle la ciudadanía, el Gobierno le ofreció el estatus de refugiada, a lo que también se negó porque le cerraría la vuelta a casa, donde le espera su familia. «Somos hijos del Sahara, estoy luchando por la nacionalidad de todo mi pueblo, que aún no ha podido ejercer su derecho a la autodeterminación», defiende Haidar. Ella no cree que «la nacionalidad española vaya a protegerme, Marruecos ya ha impedido la entrada en El Aaiún a muchos parlamentarios y periodistas españoles y el Gobierno ni siquiera ha protestado».

 

A pesar de todo, la activista se mostró confiada en que «encontremos pronto una solución». Hoy está previsto que se reúna con el director del Gabinete del Ministro, Agustín Santos, quien se desplazará a Lanzarote para discutir «con tranquilidad»   las tres opciones. Después del rechazo a la nacionalidad y al asilo político, la opción que se antoja más factible es la emisión de un nuevo pasaporte gestionado por España o la devolución del anterior. Preguntada por esta cuestión, Haidar prefirió no hacer comentarios y aseguró que sigue pensándolo.

 

Estas dos semanas han convertido a la Terminal 1 del aeropuerto de Guacimeta en la capital de la causa saharaui. Por allí han pasado infinidad de delegaciones, entre ellas un equipo de la Fundación Kennedy. Diversas asociaciones de juristas han denunciado la situación «irregular» de Haidar en España y han exigido su vuelta a El Aaiún.  A todos los ha recibido en el mismo lugar, sentada sobre una fina colchoneta en el suelo y con una botella de agua con azúcar (su único alimento) a un lado.

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