juan benach de rovira Miembro de la comisión de determinantes sociales de salud de la OMS

"Las desigualdades sociales matan y deben ser incluidas en la agenda política del Gobierno navarro"

Diario de Noticias, 27-11-2009

pamplona. Juan Benach, profesor en la Universidad Pompeu Fabra, lleva más de 20 años dedicado al estudio de las desigualdades sanitarias. En su participación, ayer, en la Jornada sobre Equidad en Salud, organizada por el Instituto de Salud Pública de Navarra y centrada en la población gitana e inmigrante, defendió la necesidad de que los gobiernos afronten, por justicia, políticas para una mejora equitativa de la salud.

¿En qué consisten las desigualdades en materia de salud?

Son diferencias de algunos indicadores de salud, por ejemplo, de mortalidad o enfermedades, que muestran unas diferencias caracterizadas por tener una base social y un elemento de injusticia y evitabilidad. Esos factores sociales se relacionan fundamentalmente con los ejes de desigualdad. ¿Qué ejes? La clase social, el género, la etnia, la inmigración, el territorio, la edad… factores que interactuando hacen que la gente tenga mayor o menos probabilidad de morir o de enfermar, de tener servicios de calidad…

¿A quién podemos culpar? ¿Cuáles son las causas de las desigualdades?

No tienen que ver ni con la genética, es ridículo pensar que los problemas genéticos condicionan la salud colectiva, ni con los mal llamados estilos de vida, ni con la atención sanitaria, por importante que todo esto sea. Las desigualdades en salud tienen que ver con cómo vivimos, trabajamos, nos relacionamos, dónde estamos. ¿Esto que quiere decir? Que se debe tener en cuenta los determinantes sociales, que básicamente tienen que ver con el empleo, la vivienda, la situación de los barrios, el género…

¿Estos factores hacen que los pobres se mueran antes y enfermen más?

Estos factores se relacionan con el hecho de que la gente va a interiorizar en su cuerpo problemas sociales que se traducirán en buena o mala salud. Y eso se produce de forma desigual. Un ejemplo: las clases sociales más pobres tienden a fumar más o a tener el colesterol más alto. ¿Habría razón para ello si fuera una cuestión de estilo de vida u opción personal? No. Los factores sociales están afectando a su cuerpo en forma de estrés, de peor alimentación, menor ejercicio físico, y no porque no quieran hacerlo sino porque no pueden o su empleo es precario o no tienen tiempo… Al final esto se traduce en que grupos sociales pobres van a morir antes, van a enfermar más van y a tener menos posibilidades de gozar de una vida plena.

¿Hay soluciones?

Uno no puede imaginar un mundo perfecto, pero las desigualdades se pueden reducir con acción social y política. Si las causas son sociales, actuando contra éstas rebajaremos las desigualdades en salud, que se producen porque unos están en mejor situación que otros. Si las causas sociales hacen que este panorama se equilibre, también la salud se verá modificada de manera positiva. ¿Qué acciones? Lo fundamental tiene que ver con un cambio político y acciones de política social. Si no hay un cambio en los determinantes sociales no se van a reducir las desigualdades. ¿Cómo cambiar estos determinantes? Con acción política. ¿Y cómo hacemos que la acción política sea más fructífera? ¿Desde arriba, desde los grupos privilegiados? No parece lógico. A menos que haya una participación de la base no va ser posible que haya cambios de gran medida. Los estudios muestran que conforme pasan los años, aumenta la desigualdad, que es un tema de gradiente social, no sólo un problema de pobres o excluidos. La mayor parte de estudios muestran que una persona muy pobre tiene una mortalidad mucho más alta que una rica, pero el problema no son sólo los extremos. La desigualdad afecta a toda la población, incluida la mal llamada clase media, y toda la población tiene mucho que ganar, hasta alcanzar a los más privilegiados.

¿Cuáles son los colectivos más afectados? ¿Gitanos, inmigrantes?

Aunque hay colectivos, como los gitanos, excluidos de la sociedad, el fenómeno del que hablamos tiene más que ver con las clases sociales, que son las que marcan la clave. También con otras cuestiones, por ejemplo, un estudio de salud que analiza la ocupación de las mujeres concluye que las empleadas del servicio doméstico son las que peor estado de salud, también mental, y dolor refieren. Cuando se dan datos tan fríos siempre que hay que recordar que detrás hay sufrimiento humano, vidas concretas. “Duele no ser capaz de cumplir las promesas a tus hijos, siempre callando, siempre tenemos miedo, esta desesperanza te mata, es humillante, te tratan como si fueras basura”, contaban las señoras de la limpieza. Eso es lo que al final se va a traducir en mala salud. ¿Cómo puede ser que el colesterol afecte más según la clase social? Porque una persona, bajo ciertas situaciones, está más estresada, tiene menos control sobre su vida, un salario que no le permite hacer compras más sanas, y tantas y tantas cosas…

Entonces, los gobiernos, al no actuar, están robando vida a determinados colectivos.

Sí, claro. No actuar es hacer una política de negligencia porque sabemos que si no se adoptan medidas habrá más desigualdad. Hay que visibilizar esto y actuar con valentía: colocar las desigualdades sociales en la agenda política, también de las comunidades como Navarra. La desigualdad en salud es una de las mejores maneras de comprobar cómo está de bien o mal una sociedad. El PIB es un indicador bastante malo, sin embargo, la desigualdad en la salud refleja la justicia social y su impacto. Las acciones políticas actúan sobre los determinantes sociales y éstos sobre la desigualdad en la salud, si medimos esto veremos si estos determinantes son justos o no.

¿Un navarro puede vivir más o menos tiempo en función del barrio de residencia?

Unas personas viven más y mejor. Esto tiene causas sociales y, por tanto, soluciones sociales. ¿Cuáles? Dependerán del contexto, a lo mejor en un barrio el problema es la falta de vivienda social, en otro el paro, en otro que no hay equipamientos deportivos. Esto no tiene que ver con los estilos de vida. ¿Por qué la gente pobre fuma más, bebe más, está más obesa? Porque vivir es difícil y, si tienes elementos para aliviar el malestar, los usas. No es cuestión de elección. No eliges productos ecológicos a menos que tengas un supermercado ecológico cerca y que tengan un precio razonable. No hay elección en abstracto, como defiende la filosofía liberal, es elección dentro de un marco de situación en la que hay elementos de justicia y equidad. ¿Si no, qué elección puede haber?

Dijo Lewis Carroll que las palabras tienen dueño. ¿Es lo mismo hablar de desigualdad que de desequilibrio?

Para mí no. Yo hablo de desigualdad en salud porque me refiero a este tipo de diferencias injustas y evitables. Y eso tiene una carga ética, moral y política.

El Gobierno navarro presume de una sanidad puntera como si ello fuera sinónimo de igualdad.

Habla de tecnología, de hospitales, de médicos, pero la salud de los navarros no depende de esto, de hecho, pueden darse todos estos elementos y que, sin embargo, haya más desigualdad en salud. Cuando uno va al hospital ya está enfermo. ¿Por qué enferma?, hay que cuestionarse. Tiene que ver, primero, con la Atención Primaria, clave en el sistema de salud, y segundo con los factores anteriores a la enfermedad. La población tiene derecho a conocer la existencia de estos factores que producen los problemas que hemos citado. A veces estas cuestiones no entienden por ignorancia o prepotencia, pero también por propaganda.

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