La compañía de animación recupera las películas con dibujo a mano

La princesa negra de Disney

La Vanguardia, , 16-11-2009

FRANCESC PEIRÓN – Nueva York. Corresponsal

‘Tiana y el sapo’ es la primera gran apuesta infantil, a la que seguirán la ‘Alicia’ de Burton y ‘Toy Story 3’
La primera princesa negra de la factoría Disney (afroamericana, dicho con la hipocresía de la corrección política) ya ha salido de los estudios cinematográficos, bastante antes de su presentación oficial. La maquinaria del merchandising está funcionando a pleno rendimiento, no sólo con anuncios en las calles de Nueva York, sino con un abanico de libros sobre la película The princess and the frog (en español, en principio, Tiana y el sapo).Su estreno en Estados Unidos se hará el 11 de diciembre, aunque en la Gran Manzana y en Los Ángeleshabrá sesiones especiales a partir del próximo 25.

Es una de las grandes apuestas de la compañía de animación para remontar las cifras a la baja en el negocio de la pantalla grande. Se trata de un musical, al estilo Broadway – mezcla de jazz, zydeco, blues y gospel-,ambientado en el Barrio Francés de Nueva Orleans. La empresa no sólo ha optado por dar un paso adelante en el origen étnico de la protagonista – la única etnia que le faltaba tras Pocahontas, Jasmine y Mulan-,sino que también ha regresado a su tradición creativa. En la época de la computerización de los procesos artísticos y de gafas especiales para ver de forma tridimensional, Disney ha recuperado el 2-D: que no es otra cosa que el dibujo hecho a mano.

Tiana y el sapo,con un coste estimado de 150 millones de dólares, la han escrito y dirigido dos pesos pesados, Ron Clemens y John Musker, los mismos de La sirenita o Aladino.La música corresponde al oscarizado Randy Newman.

Cuando se presentó el proyecto, en el 2007, todavía resultaba difícil atisbar que el estreno coincidiría con la presencia en la Casa Blanca del primer presidente negro en la historia del país. Barack Obama ni siquiera era el candidato de los demócratas. Cosas del destino, Tiana, que así se llama la nueva heroína, ha empezado a ser conocida justo en el primer aniversario de la victoria del ex senador por Illinois. Si se optó por una afroamericana, explicaron los directivos, fue por la ambientación en Luisiana, lugar elegido como homenaje tras las trágicas inundaciones del 2005.

El nombre de la protagonista – una chica soñadora, que cumple con el ideal americano de trabajar duro para alcanzar un sueño-también se convirtió en un problema. Al inicio se llamaba Maddy. Pero se abrió una campaña de denuncias respecto a que este apelativo respondía al estereotipo de una esclava, y más si la joven es una camarera. Y Estados Unidos vive un momento de cambios, en la realidad y en la ficción. Maddy dio paso a Tiana.

Esos cambios, a veces, no son más que una vuelta a un pasado que se daba por archivado, en la política y en lo artístico. Así, Disney anunció en el 2003, presionada por el éxito de la competencia de Pixar y Dream Works, que renunciaba al 2-D. No se quedó ahí. Su estrategia le llevó a hacerse con Pixar en el 2006. Pagó 7.400 millones de dólares. Ahora, los directivos que venían de aquella empresa de animación informatizada son los que han dado el impulso de recuperar la creación manual. “Nunca entendí que los estudios dijeran que la gente no quería ver películas dibujadas; lo que no quiere son películas malas”, declaró John Lasseter.

El escollo, insistió, es dar con historias interesantes y hacer un buen guión. Este nuevo relato tiene reminiscencias del siglo XIX, de los hermanos Grimm y su La rana príncipe.Esto, pasado por el tamiz de E. D. Baker, La rana princesa,se ha convertido en un filme de Disney, el primero de sus esperados estrenos. Le seguirán Alicia en el país de las maravilllas, de Tim Burton (marzo), y la tercera parte de Toy Story (junio).

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