MADRID. El cazador, cazado. Así es como finalizó el suceso que ayer ocurrió a media mañana en el Bar Garabatos, cuando un hombre fue detenido por la Policía después de disparar a un joven que, supuestamente, estaba acosando a la camarera del establecimiento de forma insistente. Al final, el portador del arma acabó en dependencias policiales, el joven fue ingresado en el hospital con pronóstico grave y el bar cerrado a cal y canto, después de una esperpéntica situación.
Los hechos ocurrieron poco después de las once de la mañana, cuando un joven de origen magrebí «instigaba» a la camarera del Garabatos, a la altura del número 22 de la calle de José Picón. «La verdad es que se había puesto muy pesado», apuntan. Fernando C.P., español de 52 años, intentó ayudar a la camarera, a su manera. Al comprobar que el joven proseguía con su actitud, Fernando le soltó un «déjala en paz de una vez», que sorprendió a todos. Acto seguido, este cliente sacó supuestamente un arma de su chaqueta y disparó contra el joven magrebí.
Una de las balas impactó en el joven, quien sufrió una herida por arma de fuego en el costado izquierdo, a la altura del tórax. Pocos minutos después de que se produjeran los disparos, una dotación del Samur-Protección Civil acudió al bar y atendió al herido, que se encontraba consciente y orientado. Posteriormente le trasladaron hasta el Hospital de La Paz, donde se encuentra ingresado con pronóstico grave.
Mientras tanto, fueron los propios clientes que se encontraban en el bar los que acorralaron al autor de los disparos hasta que llegó la Policía. Al parecer, cuenta con antecedentes por tráfico de drogas, tenencia de estupefacientes, robo con violencia e intimidación, reclamación y robo con fuerza.