«Contra el viento», Premio Planeta 2009, indaga en los misterios de la mujer

Ángeles Caso: la metáfora de lo femenino

La Razón, 12-11-2009

NARRATIVA
Ángeles Caso
«Contra el viento»
Editorial Planeta
269 páginas. 21 euros

África es el espejo oscuro de Europa. De alguna manera, el hombre europeo siempre comprendió que sólo viajando a otros mundos culturales acabaría descubriendo los misterios de éste. Y así no pueden entenderse bien las vanguardias europeas culturales sin conocer la influencia que determinadas exposiciones de objetos orientales y africanos en el París de principio de siglo provocaron en artistas surrealistas y dadaístas. ¿Acaso no encontró Conrad en sus viajes por el Congo los monstruos que subyacen en el alma racionalista de Europa?
Ángeles Caso, ya indagadora de los poderes del alma femenina en sus diversos libros sobre la emperatriz Sissí, y del amor y del deseo en sus novelas «El peso de las sombras» (finalista del premio Planeta 1994), «El mundo visto desde el cielo» o «El resto de la vida», ha conseguido el Premio Planeta 2009 con una verdadera reflexión sobre la fuerza de la vida precisamente en el nido último de la muerte: como unas fuentes del Nilo que nacieran en pantanos contaminados pero que, al final, fueran el origen de la vida en su desembocadura en el mar, Ángeles Caso toma las atlánticas islas de Cabo Verde (situadas frente al Senegal y a no excesiva distancia de Mauritania y nuestro ex Sáhara) como territorio de la metáfora de la niña y mujer Sao.

Almas míticas
El lector de «Contra el viento» irá conociendo esa contraposición África/Europa, la africana Sao y la mujer europea, que inicia la narración de la historia, no sólo como visiones en un espejo, donde a un lado está la habitación del fuego encendido y, al otro, la misma habitación pero sin fuego, sino también quizá como dos formas del alma femenina: la mujer que lucha y siente, y la mujer que se deprime y se refugia en sí misma. Parábola, al fin, de esas dos almas «míticas», como diría Jung, que son Europa (la raptada) y África, la de las amazonas guerreras.
Tras una introducción para que conozcamos a la narradora europea, las setenta siguientes páginas serán una admirable «inmersión» en la vida actual africana, con su pobreza pero también con sus sueños alados, donde Europa toma la forma de aquella mítica Oklahoma de la que hablaría Kafka en «América», otro sueño de otros emigrantes en otra época y en otro universo. Luego, acompañaremos a Sao a su vida en Lisboa, y finalmente a España. Lo que se narra después será una de las sorpresas últimas de esta novela.
Sao va creciendo y también van creciendo sus sueños: quiso ser médica, quiso amar cuando descubrió el amor, quiso ser amada cuando se enfrentó con el desamor, luchó como mujer, amante, madre… Pero hay un hilo rojo que recorre la novela: la solidaridad femenina. Mujeres africanas, mujeres, jóvenes y ancianas, mujeres golpeadas o felices o depresivas o amadas, todas ellas formarán una especie de escala de Jacob de la que quiere hablar Ángeles Caso, haciendo así, en buena medida, una novela para y sobre mujeres, en un mundo de crueldad y olvido del amor.
El amor es bueno para estas mujeres, pero también en sí mismo se nos muestra en muchas ocasiones como un espejo lleno de trampas, donde la mujer ve aquello que quiere ver, mientras afuera, en la habitación donde arde el fuego, esperan las otras mujeres para encender las hogueras de la casa, de la familia, de la paz interior. Y así, la niña, la mujer, la madre Sao se transforma, en la escritura de Ángeles Caso, en una metáfora del poder vital femenino, incluso más allá de la fuerza y del destino, en un río de la luna, a la vez oscuro y poderoso como el misterio de la maternidad y de las entrañas femeninas.
África y Europa, lugares de ida y vuelta durante siglos de exploradores y ahora de pateras, camino de ida y vuelta del azogue caliente y venenoso al cristal frío como la muerte, pero quizá, al fin, sólo caras opuestas pero complementarias de una naturaleza humana donde lo femenino y lo masculino, la vida y la muerte, acaban teniendo un solo rostro en el sueño de los dioses. Sao, la niña de Cabo Verde, luchará por sus sueños en Europa. Y, con ella, Europa aprenderá a abrir todas las ventanas de las Alicias tristes para que entre la pasión de la vida.

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