“La educación ciudadana debe ser transversal”. A partir de esta idea reflexionó ayer en Vitoria la profesora de Pedagogía de la Universidad de Deusto Concha Maiztegui, dentro del foro de la Fundación Fernando Buesa.

Pregunta. ¿Qué importancia ha de tener la asignatura Educación para la Ciudadanía, o Educación Ciudadana, como usted la denomina? Parece que se ha convertido en una maría.

Respuesta. La exclusión de ciertos sectores de población, unida al incremento del racismo y la xenofobia, han puesto en cuestión la dimensión social del Estado del bienestar con el consiguiente riesgo de fragmentación. El interés institucional es máximo, y como ejemplo sólo cito que la Comisión Europea designó 2005 como el año europeo de la ciudadanía a través de la educación.

P. ¿Qué contenidos debe afrontar esta asignatura?

R. No la veo tanto como una asignatura, sino como una forma de afrontar la educación, porque estamos ante un contexto social muy diferente. En los últimos tiempos, vemos cómo en la sociedad europea aparecen grupos minoritarios que quieren estar presentes, que buscan una visibilidad y un respeto. Y luego vivimos en una sociedad global. Somos la primera generación para la que la globalización supone un giro en su manera de vivir, lo que nos genera una incertidumbre total. Sentimos que no podemos controlarlo, ni evitarlo ni, muchas veces, tan siquiera comprender este mundo. Como educadores tenemos que formar a ciudadanos que sepan vivir en esa globalidad, atendiendo al respeto a las minorías.

P. ¿No se le pide demasiado a la escuela?

R. Por supuesto. Es cierto que la educación reglada es algo más que la enseñanza de Matemáticas, pero hay valores cuya transmisión no es exclusiva responsabilidad de la escuela. La familia, por supuesto, pero además el resto de actores sociales.

P. ¿En esa transmisión de valores, cuál es la clave para que cuajen en los alumnos?

R. De las que he estudiado, los proyectos que tienen más éxito son los que empiezan con experiencias más pequeñas que acaban por implicar a todo el centro. Hay una propuesta muy interesante, que se llevó a cabo en un centro de Tolosa, relacionada con el medio ambiente. El trabajo comenzó concienciando a los alumnos, hasta el punto de alcanzar a todos los trabajadores del centro y llegar a asumirlas el propio Ayuntamiento de la localidad.

P. Existe en el País Vasco un problema de convivencia vinculado con la violencia. ¿Cómo se afronta ese conflicto?

R. Creo que debemos de partir de esa serie de valores mínimos que los niños reconocen. Lo importante es que seamos capaces de que estos principios seamos capaces de llevarlos a cabo con la clara conciencia de la defensa de los derechos humanos. Pero también hay que trabajar en el reconocimiento de las nuevas identidades porque un proyecto de ciudadanía se basa en una creación social conjunta, que no es otro que la convivencia intercultural.